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Moñigo con encendida admiración.
Al concluir otra prueba, doña Lola prescindió de otros dos chicos porque desafinaban.
Una hora después, Germán, el Tiñoso, fue excluido también del coro porque tenía una
voz en transición y la Guindilla "quería formar un coro sólo de tiples 521 ". Daniel, el
Mochuelo, pensó que ya no pintaba allí nada y deseó ardientemente ser excluido. No
le gustaba, además, tener voz de tiple. Pero el ensayo del primer día terminó sin que
la Guindilla estimara necesario prescindir de él.
Volvieron al día siguiente y la Guindilla siguió sin excluirle. Aquello se ponía feo.
Permanecer en el coro suponía, a estas alturas, una deshonra. Era casi como dudar de
la hombría de uno, y Daniel, el Mochuelo, estimaba demasiado la hombría para
desentenderse de aquella selección. Mas a pesar de sus deseos y a pesar de no quedar
ya más que seis varones en el coro Daniel, el Mochuelo, continuó formando parte de
él. Aquello era el desastre. Al cuarto día la Guindilla mayor, muy satisfecha, declaró:
—Ha terminado la selección. Quedáis sólo las voces puras. —Eran quince niñas y seis
niños—. Espero —se dirigía ahora a los seis niños— que a ninguno de vosotros se le
vaya a ocurrir cambiar la voz de aquí al día de la Virgen.
Sonrieron los niños y las niñas, tomando a orgullo aquello de tener "las voces puras".
Sólo se desesperó, por lo bajo, inútilmente, Daniel, el Mochuelo. Pero ya la Guindilla
estaba golpeando la cubierta del armonio para llamar la atención de Trino, el sacristán,
y las veintiuna voces puras difundían por el ámbito del templo las plegarias a la Virgen:
Paaas—to—ra Di—vi—naaa Seee—guir—
te yo quie—rooo Pooor va—lles y o—te—
rooos Tuuus hue—llas en pooos.
Daniel, el Mochuelo, intuía lo que aquella tarde ocurrió a la salida. Los chicos
descartados, capitaneados por el Moñigo, les esperaban en el atrio y al verles
salir, formaron corro alrededor de los seis "voces puras" y comenzaron a chillar de un
modo reiterativo y enojoso:
—¡Niñas, maricas! ¡Niñas, maricas! ¡Niñas, maricas!
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Voz que es la más aguda del registro de las voces humanas