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—¿Por qué no hacemos que se vean?
—¿Cómo? —inquirió 462 el Moñigo.
El Mochuelo se levantó de un salto y se palmeó el polvo de las posaderas:
—Ven, ya verás.
Salieron de la bolera a la carretera. La actitud del Mochuelo revelaba una febril 463
excitación.
—Escribiremos una nota al Peón como si fuera la propia Sara, ¿me entiendes? Tu
hermana sale todas las tardes a la puerta de casa para ver pasar la gente. Le diremos
que le espera a él y cuando él vaya y la vea creerá que le está esperando de verdad.
Roque, el Moñigo, adoptaba un gesto hosco 464 , enfurruñado, habitual en él cuando
algo no le convencía plenamente.
Indagar, averiguar o examinar cuidadosamente algo
Ardoroso, desasosegado, inquieto
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Ceñudo, áspero e intratable
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