realidades cuya virtualidad no tiene posible confirmación en la experiencia de lo cotidiano. Con esta pintura y toda la colección, Magritte da a conocer una
nueva forma de cómo interpretar lo que es el surrealismo, y lo plantea de una
forma muy sencilla de hacer (García-Bermejo, 1994; 34-37). Magritte realiza
absurdas combinaciones de paisajes, arquitecturas, esculturas, ambientes
externos e internos, cuyos elementos hacen que sus obras sean aún más
surrealistas.
René Magritte pintó la obra El imperio de las luces, y la pintó porque con
esta obra él deseaba proponer una nueva forma de plasmar el surrealismo en
las pinturas, lo cual el surrealismo era buena técnica, y la que más aplicaba el
en sus obras, por decirlo, sus obras, en su mayoría están caracterizadas por
ese elemento. En esa época todos los artistas pintaban y recitaban lo surreal
como algo bastante confuso y muy ilógico, pero él, al hacer esta colección de pinturas, dio a entender tanto a los artistas como a los espectadores, una
nueva forma de ver, hacer y analizar lo surreal, siendo algo normal y básico
para Magritte. Aunque no se saben bien los propósitos del por qué pintó esta
obra, logró bastante con esta. Varios espectadores argumentan que esta obra
pudo haber sido pintada por un recuerdo de un lugar que Magritte vio, y por el
cual él pasó (Schneede, 1978; 11-12).
Para realizar El imperio de las luces, René Magritte solo se basó en
objetos muy cotidianos, pues él pintó la fachada de una casa, juntó con
árboles, el cielo y un lago. Para esta pintura, él se basó en algunos recuerdos
de su infancia y adolescencia; René Magritte nació y creció en Bélgica, y toda
la colección del imperio está basada en