La voz del Fray 2.0, 3 (06/2017) vozfray-3-2017 | Page 24
CULTURA
Entendido como una genuina expresión del alma alemana, su carácter existencialista, su anhelo metafísico y la
visión trágica del ser humano en el mundo le hicieron reflejo de una concepción existencial liberada al mundo del
espíritu y a la preocupación por la vida y la muerte, concepción que se suele calificar de "nórdica" por asociarse al
temperamento que tópicamente se identifica con el estereotipo de los países del norte de Europa. Fiel reflejo de las
circunstancias históricas en que se desarrolló, el expresionismo reveló el lado pesimista de la vida, la angustia
existencial del individuo, que en la sociedad moderna, industrializada, se ve alienado, aislado. Así, mediante la
distorsión de la realidad pretendían impactar al espectador, llegar a su
lado más emotivo e interior.
Warm se convirtió en un escenógrafo poderoso en la obra de Wiene
director de cine. En El gabinete del Doctor Caligari ( 1919 ) , los espacios
lograron diversificar los paisajes del Romanticismo desde el prisma del
Expresionismo alemán y bajo el peso del Cubismo.
La escenografía de vanguardia bebió del expresionismo teatral y de los relatos místicos, abstracción e irrealidad
que se presentaron como espejo de los estados del alma de los protagonistas, de la historia, fue su carta de
presentación. Sombras y distorsiones que se nutrieron de la alegoría.
En la película La muerte cansada, Destino ( 1921 ) , obra maestra de Fritz Lang, Warm y su equipo de
escenógrafos montó unas atmósferas determinadas por la pintura del paisaje romántico, Romanticismo alemán en
esencia que pudo nutrir el mito de Orfeo y de Eurídice. La estructura en tres partes lleva al viaje ultramundano con
tres destinos: Bagdad, Venecia y China. El escapismo y la oscuridad nutrieron los espacios interiorizados,
enfatizados por los contrastes lumínicos, una obra que une arte y ciencia que encumbró la escenografía
ultramundana. La representación alegórica de la Muerte y de los espacios, evocaron el mito de la caverna, unieron
la imagen de un arco neogótico con la imagen de una vela, crearon una escalera irrepetible para, como en Fausto,
pactar un viaje simbólico que unió Eros y Thánatos. Hermann Warm y Walther Röhring diseñan los escenarios y las
sombras como elemento poético.
Las escenografías estuvieron marcadas por dos genios: Max Reinhardt y Caspar David Friedrich. Las iluminaciones
de ambos genios, desde el teatro de Reihardt y la pintura de Friedrich, definieron el conflicto entre la luz y la
oscuridad, la poética de la sombras renacieron como tema.
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