La voz del Fray 2.0, 3 (06/2017) vozfray-3-2017 | Page 25

CULTURA
Los bosques con árboles convertidos en moradas de cuervos, tuvieron un contrapunto en Los nibelungos, Lang y el escenógrafo Otto Hunte mostraron el paisaje con niebla para ensalzar el paisaje épico, resucitaron tipos espaciales que llevaron al Romanticismo germano; Sigfrido conquista la naturaleza y se eleva. En paralelo, Metrópolis( 1927) de Lang enfrentó la escenografía neogótica con las derivaciones de la arquitectura utópica de Bruno Taut, con los espacios abstractos de La Bauhaus, decorados innovadores de Otto Hunte que se decantaron por mitos como la Torre de Babel.
El teatro de sombras fue el escenario para las luchas del Amor contra la Muerte, Eros y el Destino se enfrentaron, por tanto, en La Muerte Cansada, Las Tres Luces( 1921), película de Fritz Lang enmarcada en el Romanticismo. La historia se articula en tres viajes – Bagdad, Venecia y China- para reconstruir la escenografía de sombras del Ultramundo universo. Lang, con su genio arquitectónico, mostró la oscuridad del Reino de los Muertos, del Más Allá, apoyándose en la monumentalidad y la épica, una solemnidad de contrastes que se reveló en la trayectoria de Orson Welles. Las Tres Luces, entre el Romanticismo y el Expresionismo, será una plataforma que llevará a la Abstracción geométrica de los Nibelungos( 1923-24). Las líneas ascendentes marcaron la estética expresionista; buscando el cielo oscuro y la fatalidad, siempre llevó a los escenógrafos expresionistas ante el Romanticismo desde una renovada visión de la Naturaleza, ensalzó al paisaje como espejo de los tormentos humanos. Lang, hijo de arquitecto, estudió pintura clásica y dibujo, la influencia del expresionismo teatral marcó su obra, repleta de contrates lumínicos, sueños de fantasía y atmósferas místicas, para reverenciar lo sobrenatural, misticismo y alegoría en una escenografía de pura vanguardia.
En Der müde Tod( Las Tres Luces), Lang plantea tres cuentos unidos, dependientes de un bodegón con las tres velas, exponiendo el tema de la vánitas. Sobre el montaje, se impuso la escenografía, el sello y la carta de presentación del Expresionismo; el espacio escénico muestra una cara nueva de lo pintoresco con escenas sobrenaturales. El vestuario, basado en parte las obras del museo Heinrich Umlauff, se fundieron con los paisajes y con el Murobarrera del más allá. El Muro separa el más allá del más acá, elemento esencial para representar el mundo de los muertos. Los diseños de decorados, desde la emoción, revitalizó la historia de los enamorados.
Orfeo y Eurídice fueron el punto de partida para el genial Hermann Warm, que diseñó con Walther Röhring los espacios de Gabinete del Doctor Caligari. El uso de Sombras, basados en una sólida y fuerte estructura ampliada por la fotografía de Fritz Arno Wagner, Erich Nietschmann y Hermann Saalfrank, por la iluminación de Robert Herlth y Walter Röhring, se unirán a la metáfora de la caverna para encumbrase en Nosferatu.
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