La actuación teatral estuvo basada en escenas icónicas de algunas obras señeras de Federico García Lorca. Entre ellas, Bodas de Sangre, Yerma, La casa de Bernarda Alba y Doña Rosita la Soltera. A lo largo de la representación se mostraron historias de mujeres oprimidas por la sociedad de la época, por el luto, por la tarea "esclava" del hogar, por no poder trabajar o por el problema que suponía quedarse viuda…
La caída del telón dio pie a un debate sobre las cadenas que oprimían la libertad de la mujer y la situación actual en pleno siglo XXI. En este debate coloquio, micrófono en mano, participaron alumnos del diurno y del nocturno, con una asistencia aproximada de 90 personas como público.Tras la obra, de una algo más de una hora de duración, y entre bambalinas, Manoli Jiménez, actriz ya experimentada, atendió a nuestro periódico para explicar el origen de este repertorio y de la propia compañía de teatro joven "La Barraca de Charito". La obra, en palabras de Manoli, "nace desde la admiración a Lorca, pero también como herramienta de denuncia a la sociedad machista, la de antes y también la de ahora". En la selección de obras y escenas el grupo se ha centrado en "algunos de los personajes femeninos más relevantes de la obra de Lorca, mujeres víctimas del mandato social, reflejado fundamentalmente en su entorno más cercano, el de la familia y el de la vecindad. Mujeres víctimas sí, pero también luchadoras; que se revelan ante la injusticia y la humillación a la que son sometidas".
El grupo de teatro “joven” La Barraca de Charito nació en octubre de 2021; aunque algunas actrices se han estrenado como tal con el grupo, la mayoría "llevamos haciendo y organizando teatro algo más de dos décadas. Hacemos lo que nos gusta, nos acerca a la cultura y nos acerca a las personas, a las que componemos el grupo y también al público que viene a vernos y con quienes interactuamos después de cada función. Transmitimos nuestro mensaje y nos gusta que el público nos transmita el suyo". Reconocen que es una experiencia recíprocamente compartida de la que todos se benefician. "Uno de los objetivos que tenemos marcado es acercar el teatro a la gente de la calle, por ello entre nuestros proyectos más inmediatos está el de llevar nuestro espectáculo a las aldeas, colegios y centros de mayores", explica la actriz
El nombre del grupo es un homenaje a Lorca (La Barraca Universitaria) y a su compañía de teatro itinerante. También es un homenaje a Charo Prieto Escalera, concejala de igualdad en los años del 1999 al 2007, persona que impulsó los primeros talleres de teatro para mujeres en Puente Genil, de los que han salido "el 90% de los grupos de teatro que tenemos en la actualidad".