La Revista Digital 1 Versión Final Revista No. 2 - Prueva | Page 78

A. Guerrero y R. Paz Soldán necesario examinar el proceso interno de este fenómeno dentro de la estructura global de la sociedad para detectar cómo se manifiesta la crisis educacional. La escuela adoctrina, refleja y sostiene ideológica y mentalmente el sistema vigente. Las estructuras escolares todo lo imponen desde arriba, sin consultar las reales necesidades e intereses de la comunidad. Por otro lado, nuestro sistema social lleva a contradicciones que hacen imposible el cambio, ya que no es sólo la educación la que está en crisis, sino lo está la propia sociedad rural y esta no se entiende sin relacionarla con un contexto mayor de crisis a nivel nacional y, por qué no decirlo, a nivel global. Además, se muestra una confusión conceptual entre educación e instrucción, optando por una posición pedagogicista de sólo verse a sí misma, fuera del contexto social. La instrucción tradicional, con sus esquemas de enseñanza, está orientada única y exclusivamente a la transmisión de información de las diversas asignaturas. Se trata de una enseñanza - aprendizaje mayormente informativa, memorista y muy teórica. No trata de “lograr cambios” en la naturaleza esencial e integral de la persona. De manera dramática, se muestra en los alumnos una incapacidad de vincular sus conocimientos (teoría) con sus realizaciones (praxis), tanto en el plano individual como social. Es evidente que la calidad de la educación está estrechamente vinculada a la práctica pedagógica, es decir cómo se lleva a cabo el proceso de enseñanza – aprendizaje y cómo se alcanzan los aprendizajes significativos, situación que está condicionada a su vez por el desempeño del docente que lo planifica y lo conduce. Obviamente, el rol del docente es crucial en cualquier intento de mejorar la calidad de la educación. Es evidente que la calidad de la educación está vinculada a la práctica pedagógica, en la que el docente desempeña un rol importante en el quehacer educativo y en su mejoramiento, consecuentemente debe ser revalorado política, social y económicamente. La formación magisterial es un factor esencial que coadyuva a mejorar la calidad del aprendizaje, más aún cuando se trata de laborar en comunidades de condiciones económicas precarias. El docente debe estar premunido de competencias suficientes vinculadas a una formación multidisciplinaria que cubra los principales dominios de la cultura y la producción, pero fundamentalmente del área pedagógica-metodológica, orientada al desarrollo de los procesos cognitivos. Un aspecto por considerar es la infraestructura escolar y los servicios básicos en el área rural. En términos de la infraestructura escolar pública, según ESCALE 2015, hay un déficit de atención de los locales de las IIEE, ya que solo el 14.4% de locales del ámbito rural se encuentra en buen estado. Asimismo, más del 40% de la población escolar rural carece de los servicios básicos de agua, desagüe y electricidad. En lo que a internet se refiere, menos del 30% cuenta con este servicio en el nivel secundario. 76 Finalmente, es relevante mencionar la existencia de una proporción importante de niños y adolescentes del ámbito rural en Perú, entre 0 a 16 años, que en el año 2015 estaban fuera del sistema educativo: de 3-5 años, el 18.3%; de 6 a 11 años, el 8.1%; y, de 12-16 años, el 24.4%. Estos porcentajes ponen nuevamente en evidencia que en el medio rural los grupos de mayor vulnerabilidad son los niños y adolescentes cuyas edades están relacionadas con los niveles de educación inicial y de educación secundaria, respectivamente. Conclusiones 1. Efectivamente, la economía de la familia campesina es duramente golpeada al “perder” a sus hijos (capital humano) como aporte y sustento de los procesos productivos de los que depende su supervivencia, adicionándose este factor a otros como la comercialización, los bajos precios de sus productos en los mercados, los elevados costos de producción. 2. En este análisis del problema hay un “punto de quiebre” importante en la formación de los niños de las poblaciones que habitan en los ecosistemas de montaña (especialmente de la población rural): es cuando el niño(a) es incorporado a la escuela. Los padres, y en general la familia rural, renuncian a la educación de sus niños y los entregan al sistema oficial, con las consecuencias ya descritas. Evidentemente, se pasa de un sistema de gestión del conocimiento para los niños que prioriza el saber ser y el saber hacer, a otro sistema educativo, el oficial, en el que se prioriza la instrucción informativa (mayormente memorística) sobre los saberes. 3. La política pública peruana dirigida a los procesos educativos requiere de especificaciones mucho más precisas para la zona rural de la sierra. No se tiene un sistema educativo que oriente la formación integral de los niños campesinos desde la realidad específica de sus ecosistemas de montaña, potenciando sus posibilidades a partir de las innumerables ventajas comparativas que se tienen. 4. El sistema vigente, en vez de ser un elemento de desarrollo y crecimiento, desde la perspectiva rural, es un factor de agresión y atraso. A través del sistema educativo actual, la sociedad peruana atenta contra los derechos de los ciudadanos que habitan en los ecosistemas de montaña, mermando de manera importante su autoestima tanto individual como colectiva. Se puede afirmar que en el sistema educativo peruano no hay respeto ni consideración por el saber campesino. 5. En un país diverso y pluricultural, se tiene un currículo oficial y monocultural, con una historia oficial que no es precisamente real. Desde este punto de partida, la formación integral de los nuevos ciudadanos peruanos difícilmente incorporará las complejidades de su Revista de Glaciares y Ecosistemas de Montaña 2 (2017): 65-77