La Revista Digital 1 Versión Final Revista No. 2 - Prueva | Page 18
L. Zalazar, L. Ferri, M. Castro, H. Gargantini, M. Giménez, P. Pitte, L. Ruiz, M. Masiokas y R. Villalba
en Argentina (cordillera Fueguina Oriental). La altura de la
cordillera disminuye de oeste a este, por lo que los vientos
húmedos provenientes del Pacífico son interceptados
en el sector Occidental y llegan con menor contenido de
humedad al sector Oriental (Iturraspe, 2011). Los glaciares
son mucho más pequeños, en comparación con los de
los Andes del Sur de la Patagonia, pero siguen siendo
abundantes. En el sector argentino, los cerros más altos
tienen valores que rondan los 1450 msnm, como el Cornú,
el monte Olivia, el cerro Vinciguerra y el cerro Alvear.
Materiales y Métodos
Desde el punto operativo y de organización del
trabajo, las regiones han sido divididas en 70 cuencas y/o
subcuencas hidrográficas, excepto en donde los acuerdos
limítrofes no siguen este criterio. En estos casos, se adopta
el límite cartográfico oficial obtenido del IGN. Estas
subdivisiones constituyen los sectores de trabajo y se basan
en la delimitación de cuencas realizada para todo el país
por la Subsecretaría de Recursos Hídricos de la Nación.
Las crioformas incluidas en el inventario son: glaciares
descubiertos y cubiertos por detrito, manchones de nieve y
glaciares de escombros con una superficie mayor a 0.01 km 2 .
Los glaciares descubiertos y cubiertos son considerados
como cuerpos de hielo permanente generados sobre el
suelo a partir de la recristalización de la nieve y/o hielo
debido a la compactación de su propio peso. En el caso de
los glaciares descubiertos, se trata de cuerpos sin cobertura
detrítica significativa, con evidencias de movimiento
por gravedad (grietas, ojivas y morenas), mientras que
los glaciares cubiertos son aquellos que presentan una
cobertura detrítica significativa. Los manchones de nieve o
glaciaretes son definidos como pequeñas masas de hielo de
forma indefinida que pueden encontrarse en depresiones,
adheridos o apoyados en las laderas de algún cerro,
sin cobertura detrítica significativa y sin evidencias de
movimiento. Deben estar visibles por períodos de al menos
dos años. Los glaciares de escombros son entendidos
como cuerpos de detrito congelado y hielo en su interior
con evidencias de movimiento por acción de la gravedad
y deformación plástica del permafrost. Este movimiento
es el que genera los rasgos característicos superficiales
(crestas y surcos) (IANIGLA-CONICET, 2010). Los
glaciares de escombros son diferenciados en activos e
inactivos de acuerdo a su grado de actividad. Los glaciares
de escombros activos presentan frentes abruptos (>35º)
con lineamientos de flujo, crestas y surcos longitudinales y
transversales bien definidos. Una vez que dejan de moverse
se llaman inactivos y aparecen como geoformas colapsadas
con menor pendiente en el frente (<35º), también puede
aparecer cierta cobertura vegetal (Haeberli, 1985; Ikeda,
2004). Existe una categoría especial que es la de glaciar
cubierto con glaciar de escombros que se utiliza en casos
en que un sector de hielo cubierto por detritos se transforma
gradualmente en un glaciar de escombros. En general, es
muy difícil identificar y determinar la posición exacta del
límite entre el hielo cubierto y el glaciar de escombros
en base a sensores remotos y por eso se incluyen dentro
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de una misma categoría (IANIGLA-ING, 2014). Esta
delimitación es incluso difícil mediante el reconocimiento
en terreno, salvo que se establezcan estudios de precisión.
Las tareas de inventario incluyen la identificación y
caracterización de glaciares a lo largo de aproximadamente
4000 km en la cordillera de los Andes a una escala de
1:25,000. Estos cuerpos de hielo se ubican mayormente en
lugare s de difícil acceso por lo que los sensores remotos
a través de imágenes satelitales y Modelos Digitales de
Elevación (MDE) representan un elemento esencial para el
trabajo. La obtención, integración, visualización y análisis
de los datos se realiza dentro del marco de los Sistemas de
Información Geográfica (SIG).
El trabajo requiere, como primer paso, la delimitación
de las partes altas de las cuencas y/o subcuencas de los
ríos que nacen en el oeste del país, que se realiza mediante
el procesamiento de MDE de cobertura global como el
SRTM. Los MDE son procesados automáticamente y el
resultado es revisado y editado para realizar correcciones
en caso de ser necesario.
Las imágenes satelitales ópticas constituyen la base sobre
la que se realiza el trabajo cartográfico de identificación
y delimitación espacial de los glaciares. Estas imágenes
deben ser cuidadosamente seleccionadas para evitar que
las mismas tengan nieve estacional o nubes. Las imágenes
satelitales correspondientes al final del año de balance de
masa (Cogley et al, 2011) muestran el mayor potencial con
fines de inventario de glaciares, evitando la inclusión de
nieve estacional como parte del área permanentemente
englazada que sobrestime la superficie de un determinado
glaciar. En el caso de glaciares extratropicales (al sur de los
31º S), el final del año de balance de masa coincide con el
fin del verano, principios de otoño (marzo/abril), mientras
que para los glaciares tropicales (al norte de los 31º S)
se aproxima con el final de la temporada seca (fines de
agosto y principios de septiembre). La presencia de nubes
sobre el área a inventariar es un obstáculo importante que
dificulta la identificación y delimitación correcta de los
glaciares. Teniendo en cuenta estos criterios, se trabajó en
todo el país con imágenes 2005-2012. Este rango temporal
obedece a que hay sectores, especialmente al sur del país,
donde es muy difícil conseguir imágenes que reúnan estos
requisitos.
Las coordenadas están referidas al sistema de referencia
global WGS84 y el sistema de proyección elegido es el
UTM (Universal Transversal Mercator). Se ha trabajado en
tres fajas de UTM, las cuencas más occidentales en 18S, las
cuencas centrales 19S (la mayoría) y las más orientales 20S.
En función del tipo de imagen utilizada, en algunos casos
es necesario realizar algún tipo de corrección geométrica
para lograr una correcta ubicación espacial. En estos casos,
se utilizan como base imágenes LANDSAT procesadas
por el USGS (United States Geological Survey). Estas
imágenes son aceptadas internacionalmente como base de
referencia (Tucker et al., 2004).
Revista de Glaciares y Ecosistemas de Montaña 2 (2017): 13-22