LA MARIOLOGÍA DE LA MADRE ÁGREDA ANTONIO MARIA ARTOLA, CP | Page 4

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La Mariología de la Madre Ágreda
aliento teológico escrito en español , y ¡ por una mujer !
Así salía al mercado teológico del último tercio del siglo XVII la Mística Ciudad de Dios de Sor María de Jesús , abadesa de la Concepción de Ágreda . Pero el entusiasmo de la primera lectura produjo en los lectores cultos cierto desconcierto . Era una obra de un estilo nuevo , nunca visto . Ninguna mujer había compuesto una obra comparable a aquel poema teológico en prosa de tema mariológico . Y la reacción terminó en una sospecha de ilusión mística y falsedad teológica profunda . La abierta posición inmaculista del libro no le granjeaba la simpatía de algunos ambientes teológicos del tiempo . Y vino la delación a la Inquisición de Lima , antes de que se publicara la obra entera . Para los censores limeños el libro era un enigma . ¿ Era formalmente una obra teológica ? Entonces ¿ dónde situarla entre las grandes divisiones de la teología clásica ? ¿ Cómo justificar un proyecto teológico basado en revelaciones personales ? Y aquel decidido inmaculismo … La opinión teológica se sintió desconcertada : ¿ es lícito apoyarse en revelaciones personales para elaborar una obra teológica ? ¿ Cómo justificar la verdad de tal base revelacional ?
La metodología teológica no estaba a la sazón muy perfilada para moverse desembarazadamente al interior del complejo totum teológico .
Hasta la M . Ágreda se daban en abundancia los fenómenos místicos . De ellos trataban los libros de Ascética y Mística , pero sin considerarlos como producto científicamente teológico . Lo mismo sucedía con las construcciones doctrinales de tipo místico , como las obras de san Juan de la Cruz . La obra de la M . Agreda pertenecía a este tipo de realizaciones doctrinales . Pero su caso se complicó por el tema de la Inmaculada Concepción . Siendo dicha creencia una verdad no definida , estaba sometida a múltiples discusiones de escuela . El hecho suponía un motivo añadido de peligrosidad para la obra . Nada extraño que , desde la primera lectura , la obra apareciera envuelta en un halo de