Prólogo 5
desconfianza, desde la metodología hasta el contenido. Mas la verdad es que la obra de la M. Ágreda encontró un público lector interesadísimo en los temas que trataba, y pronto fue considerada como una magnífica construcción de teología mariana. No era una Mariología escolástica como la del P. Nigido, S. I, y los grandes mariólogos españoles de su siglo. Pero no había duda que la M. Ágreda abría una vía teológica nueva, distinta de la Mariología escolástica. El tiempo, gran discernidor de los valores verdaderos, ha dado razón a la monja agredeña. Su obra ha sido declarada inmune de errores doctrinales
Por otra parte, en el último cuarto del siglo( 1673) la aparición del breve anónimo titulado Monita Salutaria, escrito por un convertido del protestantismo a la fe católica, ofrecía una criteriología mariológica crítica, para atraer a los
1 protestantes. Aquella obrita abría una tercera metodología mariológica. Era la teología mariana crítica.
Realmente, la creatividad mariológica de aquel siglo fue grande. Estaban actuando en el mundo teológico tres variedades en la nueva especialidad teológica.
Es revelador que de las tres variedades de la Mariología que surgieron en el siglo XVII, las dos últimas fueron condenadas. Widenfeld, considerado como jansenizante, fue duramente atacado por los teólogos católicos. La M. Ágreda fue sometida a un largo proceso. Solo siguió impertérrita su ruta propia la Mariología escolástica. Esta es la panorámica que se presenta ante nuestros ojos al estudiar la Mariología de la M. Ágreda. Después de tanta polémica como ha surgido en torno a la MCD este estudio quiere llegar a la raíz del problema, partiendo de la Metodología. De la metodología escribió B. Lonergan que es la
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Sobre el autor del libro ver C. POZO, Estudios sobre Historia de la Teología. Volumen homenaje en el 80 º aniversario. Ins tuto Teológico San Ildefonso, Toledo, 2006, pp. 140-142.