32
La Mariología de la Madre Ágreda
Ponerme siempre en el último lugar, tenerme por la menor en todo, escuchar a todos y no dar yo parecer, persuadiéndome a que es mejor el de cualquiera que el mío.-29. Procurar en todo la paz exterior e interior, no turbándome por cosa de esta vida, pues todo se muda y todo se acaba.-30. Procurar ser fiel a todos, principalmente a mi Dios y Señor, mirando lo que Su Majestad me manda y cumpliendo fielmente con ello.-31. Procurar ser modesta a todos, y en todos tiempos mirarlos como hechuras de Dios y amarlos lo necesario y obligatorio, sin que me estorben la atención al Señor.-32. En todo lo que hiciere, hablare, pensare o imaginare en las ocasiones, que se me ofrezcan, mirar primero lo mejor para dar gusto a Dios, para bien mío, y de los prójimos, y hacer, lo que mejor esté a todo esto.-33. Gastar cada día un rato para consuelo del alma y animarla, a que cumpla lo dicho: mirar mi Patria para donde fui criada, y extender por ella la consideración, conociendo, engrandeciendo, amando y alabando la grandeza y bondad de Dios, y diciendo con los bienaventurados Santo, Santo, Santo es el Señor de los escuadrones celestiales, digno de alabanza; y pedir a los Santos intercedan por mí, para cumplir lo que aquí ofrezco a honra y gloria de Dios, y de su Santísima Madre, la Virgen María, concebida sin mancha de pecado original.
5.- Nuevo Director Espiritual
Estos propósitos prepararon a Sor María para el gran cambio que iba a sufrir su vida en 1650 cuando se pusiera bajo la dirección del P. Andrés de Fuenmayor.
La Inquisición, por su parte, mantiene su pretensión de someter a interrogatorio a Sor María. Desde Madrid se traslada la sede de la Causa a Logroño. El 23 de septiembre, el obispo de Plasencia, Inquisidor General, ordena que " un Calificador de los más doctos, inteligente y de toda satisfacción ", vaya a Ágreda y, ante un Notario del Santo Oficio " de los más