LA MARIOLOGÍA DE LA MADRE ÁGREDA ANTONIO MARIA ARTOLA, CP | Page 31

La Autora
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apetitos de ella, aunque sea en poca cosa.-7. Nunca ponerme en Oración delante del Señor, o en el oficio divino sino de rodillas o en pie, pues es toda reverencia, debida a Su Majestad y grandeza.-8. Nunca decir de mí cosa de alabanza, ni al confesor, si no fuese menester comunicarse.-9. No disculparse en cosa, aunque me culpen.-10. De todos tomar consejo, aunque sean menores de edad.-11. Decir bien y juzgar bien de todos.-12. Por lo menos, tener cada día tres horas de oración sin falta, una en la muerte, juicio y cuenta que se ha de dar.-13. No dejar de hacer cada día el ejercicio de la Cruz, que dura tres horas, fuera de la oración.-14. Hacer cada día un ofrecimiento de padecer por las almas, y particularmente por las que están en pecado mortal.-15. No cometer pecado, ni imperfección advertidamente.-16. No atribuir, de los trabajos que me sucedan, nada a las criaturas, sino pensar que me los envía y ordena el Señor por sus secretos juicios y mayor bien mío.-17. No mirar el rostro a ninguna criatura, sino al pecho, cuando se ofreciere hablarles, por no mirar a otra parte, considerando aquel lugar, como donde el Señor habita.-18. No comer, sino en la Comunidad.-19. Confesarse cada día si me dan lugar.-20. No dejar de hacer cada día los ejercicios espirituales determinados, antes añadir, que quitar.-21. Ser mucho devota de la Virgen Santísima, Madre de Dios.-22. Ofrecer cada día, una vez por lo menos, al Padre Eterno los méritos de su santísimo Hijo, su sangre y tesoro de la Iglesia Santa, pidiendo muy de veras por las almas, y suplicarle por ellas por el amor, que las tiene.-23. Comulgar cada día espiritualmente muchas veces, y la una sacramentalmente.-24. Hacer cada día muchas obras de caridad, y acudir antes a ellas que a mis apetitos.-25. Que sean también las obras de caridad, ayudando espiritualmente a las almas.- 26. Ofrecerme cada día a padecer por las almas del purgatorio y pedir por ellas muy de veras y ofrecer por ellas y por las que están en pecado mortal al Padre Eterno, su hijo Sacramentado y todos los sacrificios de aquel día.-27. No quebrantar ningún mandato de mi regla, ni constitución, sino cumplir en todo con el estado de mi profesión, y particularmente con los cuatro votos.-28.