LA MARIOLOGÍA DE LA MADRE ÁGREDA ANTONIO MARIA ARTOLA, CP | Página 17

La Metodología en la Mariología 17
El momento primero del sentir místico acontece bajo la forma de una irrupción singular del mundo invisible en la realidad humana normal . Este hecho es el que distingue el sentir intelectivo del orden natural y la experiencia mística . Para que se dé este fundamental sentir místico es necesaria la presencia activa de potencias especiales aptas para captar el sentir primero de la irrupción . Como en el sentir humano natural , este sentir místico ha de ser intelectivo , pues se basa en el nivel primero del conocimiento humano natural . Para que el sentir místico se haga experiencia mística es necesario -ademásque se dé una duración repetida del sentir , que permita un retorno de reconocimiento por la memoria , y un acto intelectivo de discernimiento . El sentir místico es muy complejo , y generalmente aparece mezclado con circunstancias no místicas . Por tanto las experiencias místicas son actos sensibles de percepción intelectiva de realidades no-materiales verdaderamente percibidas bajo formas de presencia , distintas de las que por índole propia poseen . La percepción de un ser angélico es real , mas no es conforme a la índole propia que el ángel posee en su propio orden ontológico .
Además de las percepciones extraordinarias de la mística , hay una segunda forma de experiencia -igualmente mística- que pertenecen al ejercicio de los dones del Espíritu Santo . Realizado el acto del sentir místico , esa percepción es repetidamente presencializada y convertida en objeto de memoria ; es aceptada como real y verdadera por quien la experimenta , merced al acto de probación o discernimiento . Es así como se completa el ciclo de la experiencia mística . El elemento de probación o discernimiento es inmediato a la impresión mística . Mas los peligros de confundir el parecer con el ser son mucho mayores en la mística que en el orden natural , dado que la realidad percibida en el acto místico no se presenta según su índole propia , y el destinatario de tales percepciones puede confundirlas fácilmente . Es por esto por lo que los autores exigen una diferencia formal entre las experiencias