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La Mariología de la Madre Ágreda
espirituales de la Biblia y las del tiempo de la Iglesia. La probación de la verdad de las experiencias de la Escritura goza del privilegio de la inerrancia que impide a los autores sagrados confundir el parecer con el ser, mientras que las experiencias místicas cristianas carecen de semejante privilegio, y con dificultad proceden a su probación.
Es aquí donde se sitúa todo el problema de la verdad de la aparición y de la visión o de la percepción imaginativa en sueños, de las cosas que no pertenecen al orden normal de las realidades. No entramos ahora en el problema del discernimiento. Solo nos interesa la estructura de la experiencia misma. La experiencia mística es un sentir intelectivo, discernido como real, de un objeto que se presenta en modo distinto de lo que en realidad es. Por tanto las experiencias místicas marianas son actos de sentir intelectivo de realidades discernidas como reales y verdaderas, que producen en la persona efectos de
17 impresión intelectual real y comprobada como verdadera. Para completar esta descripción, hay que añadir entre acto místico puntual, y estado místico: Acto místico es toda acción puntual en que se cumplen las citadas condiciones. El estado místico se da cuando en el comportamiento humano domina lo pasivo divino procurado por los dones del Espíritu Santo. No es lo mismo acto místico que experiencia mística. El acto místico está al nivel del sentir pasivo puntual. Pero no basta el acto místico puntual para que huya una experiencia mística. La experiencia exige duración, repetición, comprobación de que lo sentido es verdaderamente místico.
La comprobación de lo místico, en la experiencia mística, no agota la vida mística; significa el inicio de un camino de ulteriores progresos en una
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El acompañamiento de una persona experimentada ayuda al mís co a realizar el discernimiento y la probación de la realidad de su experiencia. Las intervenciones de la Iglesia en el caso de las apariciones marianas ejercen la misma función del discernimiento sobre la realidad y verdad de la experiencia normal, pero vivida al modo de las percepciones humanas normales.