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La Mariología de la Madre Ágreda
popular . Así la Mariología era mirada , de parte de la Sistemática , con cierta sospecha y desconfianza . Por más que los cultivadores de esta especialidad teológica trataran de afinar su estatuto científico , acercándose todo lo posible a la teología científica usual , se tenía la impresión de que la Mariología no terminaba de convencer , pues tenía dificultad en establecer una metodología estricta y científica al interior de la teología . De ahí que , a pesar del desarrollo espectacular alcanzado en la primera mitad del siglo XX , la teología mariana nunca haya logrado superar la duda sobre su verdadera identidad . La incertidumbre sobre sus bases rigurosas le ha acompañado como su propia sombra . Ha sido una especie de tensión interior , más inconsciente que refleja , la que le ha afectado desde el siglo XVII al ser mismo de la teología mariana .
Cuando surgió la moda de la distinción entre Mariología cristotípica y la eclesiotípica , hubo un intento de basar lo revelacional precario da la Mariología , en las apariciones marianas aprobadas por la Iglesia , cual si fuera una cierta continuidad de la revelación constitutiva . Pero la tensión verdadera estaba entre una Teología entendida como Escolástica , y otra espiritual . Poco a poco se ha ido abriendo una vía de justificación a su peculiaridad metodológica . Para explicar este fenómeno , orienta bien la teoría del P . F . Marín-Sola , O . P ., sobre la doble vía del progreso del dogma y de la teología , comparándola con lo que la Teología Espiritual considera -en la actualidad- como el fundamento formal de la misma , es decir : la “ vivencia ” de la fe .
3-Las dos vías de progreso dogmático y teológico
El gran teórico de la evolución homogénea del dogma que fue el P . Francisco Marín-Sola , O . P . diferenció un doble camino en el proceso evolutivo del dogma , y de la teología . Es una constatación de gran valor para identificar el modo cómo ha tenido lugar la espectacular evolución de los dogmas marianos y la Mariología : “ Hay , pues , dos fuentes del dogma y del desarrollo dogmático :