La Latinoamerica del Fuhrer La Latinoamerica del Fuhrer. pdf | Page 156

ANDREA V. VICTORIA CANO Distinguir para desunir, distinguir para discriminar mejor, para poner cada cosa en su lugar y aceptar lo bueno y rechazar lo malo. Aceptar lo que nos libera y nos despierta, y rechazar lo que nos condena y aprisiona. Distinguir para desunir y separar los dos bandos irreconocibles, en pugna dentro del hombre. Distinguir y separar para salir de la confusión. En esta lucha final, el demiurgo será la gran fuerza disolvente. Sí el guerrero fracasa no tendrá una segunda oportunidad en ese Manvantara (tiempo astronómico) su “yo” podrá ser desintegrado en mil pedazos, morirá o se volverá loco. Aquellas personas que son conocedoras de estos temas gnósticos, el demiurgo ha ido tras ellas; un ejemplo son los autores de libros, donde se hacen este tipo de planteamientos, es muy común que sean amenazados, acorralados o perseguidos de diversas formas. Son frecuentes los robos de manuscritos y/o sabotajes durante la impresión. Por escribir libros opuestos al sistema demiurgico muchos artistas son desprestigiados, encarcelados o encerrados en manicomios, incluso hasta muchos resultan muertos misteriosamente de enfermedades o accidentes extraños, nunca exhaustivamente investigados. Actualmente, los escuadrones de exterminio del demiurgo disponen de medios inmensamente eficaces para disfrazar sus homicidios. Y no sólo vemos en los autores de libros sino en todo aquel que profese otro tipo de pensamiento diferente al que ya está establecido. En la tiranía del demiurgo, los hombres sólo tienen libertad para elegir entre varias cosas iguales, entre varias cosas que son la misma cosa, pero con disfraces diferentes. Hay libertad de pensamiento siempre que no se contradiga el pensamiento ‘políticamente correcto’. Tenemos el caso de las religiones, parecen todas diferentes, pero no lo son, son la misma cosa, son solo diferentes sus apariencias. Su dios es el mismo, el Jehová-Satanás. Lo llamen Brahma, Baal, Yahvé, Moloch, dios, Padre o Ala, es siempre el mismo: el demiurgo.