LA LADRONA DE LIBROS La ladrona de libros | Page 92
Markus Zusak
La ladrona de libros
—Hemos puesto fin a la plaga que se había extendido por Alemania
durante estos últimos veinte años, ¡si no más! —Estaba llevando a cabo lo que
se llama un Schreierei, una consumada profesión de arengas apasionadas,
advertía a la gente de que se mantuviera en guardia, estuviera atenta, detectara
y acabara con las malvadas maquinaciones que tramaban infectar la madre
patria con sus deplorables métodos—. ¡Los inmorales! ¡Los Kommunisten! —Esa
palabra otra vez. Esa vieja palabra. Habitaciones oscuras. Hombres trajeados—.
Die Juden! ¡Los judíos!
A medio discurso, Liesel se dio por vencida. Cuando la palabra
«comunista» la atrapó, el resto del sermón nazi cayó a sus pies, la bordeó por
los lados y se perdió entre los alemanes que la rodeaban. Cascadas de palabras.
Una niña chapoteando en el agua. No dejaba de pensar en ella. Kommunisten.
Hasta ese momento, en la BDM les habían dicho que Alemania estaba
formada por una raza superior, pero n