LA LADRONA DE LIBROS La ladrona de libros | Page 51
Markus Zusak
La ladrona de libros
El reverso del papel de lija
Supongo que las personas viven momentos cruciales sobre todo durante la
infancia. Para algunos es un incidente como el de Jesse Owens. Para otros, un
momento de histeria en medio de un episodio de incontinencia nocturna.
Era finales de mayo de 1939 y la noche había sido como cualquier otra.
Rosa ejercitaba su puño de hierro, Hans había salido y Liesel limpiaba la puerta
de casa y contemplaba el firmamento de Himmelstrasse.
Por la tarde se había celebrado un desfile.
Los miembros extremistas de camisa parda del NSDAP (también conocido
como Partido Nazi) marcharon por Münchenstrasse ondeando sus banderas
con orgullo, con el rostro bien alto, como si se hubieran tragado una escoba.
Cantaban a voz en grito y acabaron con una rugiente interpretación de
Deutschland über Alles, «Alemania por encima de todo».
Como siempre, les aplaudieron.
Los animaron a seguir su camino hacia quién sabe dónde.
La gente se detenía a mirar y algunos extendían el brazo a modo de saludo
mientras otros tenían las manos al rojo vivo de tanto aplaudir. Otros intentaban
contener la emoción que se reflejaba en sus rostros contraídos por el orgullo,
como frau Diller, y había alguno que otro, como Alex Steiner, que aguantaba el
tipo como si fuera un bloque de madera con forma humana que aplaudía lenta
y obedientemente. Armoniosamente. Sumisamente.
Liesel los vio desde la acera, junto a su padre y Rudy. Hans Hubermann los
contemplaba desde detrás de las persianas bajadas.
UNOS CUANTOS DATOS
SIGNIFICATIVOS
En 1933 el noventa por ciento de los alemanes apoyaba
a Adolf Hitler sin reserva alguna.
Eso nos deja un diez por ciento de detractores.
51