LA LADRONA DE LIBROS La ladrona de libros | Page 105
Markus Zusak
La ladrona de libros
Antes de mostrártelo, creo que deberíamos echar un vistazo a lo que estaba
mirando cuando tomó la decisión.
LAS VISIONES ACELERADAS
DE HANS
Primero ve los libros de la niña: Manual del sepulturero,
El perro Fausto, El faro y, ahora, El hombre que se encogía
de hombros.
A continuación, una cocina y a un imprevisible Hans hijo
volviéndose hacia los libros que hay en la mesa, donde suele
leer la niña. Dice: «¿Qué basura lee esta niña?». El hijo repite
la pregunta tres veces, y después sugiere una lectura más
apropiada.
—Escucha, Liesel. —Hans le pasó el brazo por el hombro y la animó a
seguir caminando—. Este libro es nuestro secreto. Lo leeremos de noche o en el
sótano, igual que los otros, pero tienes que prometerme una cosa.
—Lo que sea, papá.
La noche era plácida y serena. Todo les prestaba oídos.
—Si alguna vez te pido que me guardes un secreto, lo harás.
—Te lo prometo.
—Bien, ahora espabilemos. Si nos retrasamos más, mamá va a matarnos y
no queremos que eso ocurra, ¿verdad? Entonces, se acabó lo de robar libros,
¿eh?
Liesel sonrió complacida.
Lo que no supo hasta mucho después es que, al cabo de pocos días, su
padre cambiaría unos cuantos cigarrillos por otro libro, aunque no para ella.
Hans llamó a la puerta de las oficinas del Partido Nazi de Molching y
aprovechó la ocasión para interesarse por su solicitud de afiliación. Después de
debatir la cuestión, les entregó los cuatro cuartos que le quedaban y una docena
de cigarrillos. A cambio, recibió un ejemplar usado de Mein Kampf.
—Que lo disfrute —dijo uno de los miembros del partido.
—Gracias —contestó Hans.
Ya en la calle, seguían llegando las voces del interior y una de ellas fue
particularmente clara.
«Jamás lo admitirán, ni aunque compre cien ejemplares de Mein Kampf»,
oyó que aseguraba. Los demás refrendaron el comentario por unanimidad.
Hans miró el libro que llevaba en la mano mientras pensaba en dinero para
sellos, una existencia privada de cigarrillos y la hija de acogida que le había
inspirado la brillante idea.
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