La internacionalización de la empresa y el plan de exportación enero 2014 | Page 19

Esta fue precisamente la pregunta que se hizo en 1999 Clara Rodríguez, dueña y gerente general de la empresa SILUETA C. A y representó el punto de partida de una experiencia exportadora exitosa. El traje de baño venezolano para damas tiene una sólida tradición de calidad y modernismo y, a lo largo de los años, se hizo muy conocido, sobre todo entre los turistas extranjeros que visitan el país. Clara Rodríguez, una mujer decidida de 40 años, se dio cuenta que este“nicho” de mercado, exitoso a nivel nacional, podría representar un atractivo para el mercado internacional. Evolución nacional casos de estudio SILUETA C. A. es una empresa, fabricante de trajes de baño para damas, ubicada en Guarenas, que empezó sus operaciones nacionales en el año 1994. Los trajes de baño se confeccionan con tela importada de Italia, estampada o unicolor, con cortes de acuerdo a la edad, moda o target. Además, de la colección de trajes de baño, SILUETA produce una amplia gama de accesorios para la playa entre los cuales se pueden mencionar los bolsos, pareos, sombrillas y toallas. Todos son productos de alta calidad porque la venezolana es muy exigente cuando se trata de moda. Es una empresa mediana que utiliza 70 trabajadoras directas y 50 contratadas fuera, como costureras en casa. Después del primer año de operaciones, la facturación anual estuvo en el orden de 800 millones de bolívares y siguió creciendo a un ritmo de 1015% anual hasta el año 1988 cuando el deterioro de la situación económica llevó a un estancamiento de las operaciones e incluso a la disminución de las ventas. “Estaba muy preocupada por el futuro de la empresa, se acuer­ a Clara Rodríguez, tenía que d despedir, por lo menos a la mitad del personal fijo y en general, sentía que la misma idea del negocio se estaba desmoronando. La mayoría de las trabajadoras estaban con nosotros desde el principio, se identificaban con la empresa, pensaban como nosotros y por esto se hacía muy cues­ a arriba despedir a esta t gente. Además estaba formada por nosotros. Se le había dado una preparación adecuada y se le inculcó la filosofía de trabajar con calidad. Habíamos logrado altos están­ ares de calidad, d nos manteníamos en paso con la moda y teníamos modelos de éxito, algunos únicos pero, la caída del poder adquisitivo era un enemigo poderoso. A esto se agregaba la competencia de los trajes de baño importados que, debido al anclaje del dólar, eran más baratos que los nuestros y muchos de calidad inferior. “Pero lo que más me asustaba, agrega Clara Rodríguez, era el inmovilismo de ciertos miembros del tren directivo. Me refiero al 19