La internacionalización de la empresa y el plan de exportación enero 2014 | Page 15
Es lógico que exista preocupación ante la próxima entrada de las compañías norteamericanas, muy competitivas, en los mercados latinoamericanos, insuficientemente preparados. Por esto, mercados competitivos
como los de Brasil y Argentina tienen serias dudas respecto al ALCA. En
el otro extremo, Venezuela expresó abiertamente su rechazo al proyecto
y propone una alternativa latinoamericana.
El problema es que los procesos integracionistas son inevitables. Quedarse
fuera del área de libre comercio significaría aislamiento, con consecuencias
desastrosas para los países respectivos.
Entonces se plantea la misma pregunta: ¿Qué hacer?
Hay una sola respuesta: negociar cada ítem del área de libre comercio
en el cual el respectivo país se siente débil, fijar plazos de aplicación del
acuerdo para cada sector que todavía no se siente en capacidad de competir, apoyar a los sectores respectivos para que en el más corto tiempo
posible mejoren su posición competitiva.
La solución es negociar la globalización, no destruirla; es aprovechar sus
ventajas, no ignorarlas.
J. Stiglitz, citado por Enrique Viloria en su libro publicado por la Universidad
de Salamanca afirma que “la globalización puede ser una fuente benéfica
y su potencial es el enriquecimiento de todos, particularmente l