ALEJANDRA ARIZA.
PAG. 8
La mezcla del fármaco y el alcohol provocó una intoxicación en su cuerpo, que lo mató de inmediato, según el dictamen de Medicina Legal. Para evitar sospechas dentro del bar, los miembros de la banda ataron a Perdomo a la silla con un cinturón, haciendo creer que era una persona pasada de tragos. Cuando se desocupó el sitio, el cuerpo de la víctima fue trasladado al baño y desmembrado por uno de los delincuentes.
El miércoles 19 de octubre, operarios de Aseo Capital –una de las empresas prestadoras del servicio de aseo público– encontraron partes de un cuerpo humano que, según la Fiscalía, correspondían a Perdomo. Tres días después, en la localidad de Kennedy, encontraron otra bolsa con las otras partes del cuerpo.
Banda ‘los Borracheros’
En abril de este año (2018), la Policía desmanteló una banda criminal que utilizaba como medio la escopolamina para robar celulares, joyas y otros objetos de valor en terminales de autobuses intermunicipales. A los miembros de esta banda se les atribuyen más de 14 denuncias penales y los delitos de concierto para delinquir y hurto calificado y agravado, según un comunicado de la Policía.
El ‘modus operandi’ de ‘los Borracheros’ consistía, en primer lugar, en seleccionar a las víctimas en las terminales de transporte: personas que viajaban solas y que tuvieran celulares y joyas. Después, uno de los criminales establecía una conversación casual con la víctima y, luego de haber logrado la confianza suficiente, le ofrecía comida, particularmente jugo y galletas. Cuando la persona ya se encontraba en estado de indefensión, los demás integrantes de la banda robaban las pertenencias del pasajero y se bajaban del bus en poblaciones pequeñas.
La abordaron en la calle
Una pensionada de 70 años, quien salió de su casa en el barrio Marsella de Kennedy a unas diligencias, terminó siendo víctima de una pareja de ladrones, que –contó– le hicieron ingerir una extraña sustancia que limitó su voluntad.
Indicó que la pareja se le acercó y le solicitó ayuda, buscaban una dirección. Asegura que a partir de ese momento “no hizo otra cosa que seguirlos”. Abordaron un bus del TransMilenio y se dirigieron al centro.“Entramos a una oficina, en la séptima, y allí me hicieron firmar un préstamo de un millón de pesos. Retiraron el dinero, salimos a la calle y de allí no volví a saber de ellos”, dijo. Denunció su caso a las autoridades.