LA HISTORIA DE MANÚ 02-Del_Rio_Ana_Maria_-_La_Historia_De_Manu | Page 9
En la ciudad
Ai día siguiente, muy temprano,
Maná llevó las llamas al bofedal y las dejó
allí pastando. Le había dicho a su mamá y a
su papá que ella llevaría las llamas a pastar
todos los días. Sus padres se lo habían
agradecido y habían pensado que Manú era
muy colaboradora.
Apenas llegó al nido de Kunturo, vio
que éste ya estaba listo, esperándola. Manú
se montó en su cuello. Kunturo desplegó sus
alas y comenzó a correr por la planicie. De
pronto, con un salto, se lanzó al vacío. A
Manú se le subió el corazón a la boca. Y se
dio cuenta de que iban volando. Volaba por
el altiplano sobre su amigo Kunturo que iba
descendiendo en grandes círculos. Iba al
colegio. Y llegaría volando sobre un cóndor.
Era algo tan increíble, que Manú decidió
mantener a Kunturo en secreto. Después de
un rato de vuelo,
vieron los techos de las casas de la ciudad de
Iquique. Uno de esos techos sería el del
colegio. Kunturo aterrizó sobre una loma del
cerro Dragón. Manú se bajó y le recomendó
que no se movier a de allí. Se fue corriendo a
la escuela. Cuando llegó, Manú vio a otros
niños y niñas de su edad que iban llegando al
colegio mientras la campana sonaba. Manú
estaba feliz. Se acercó al grupo de niños y
los saludó:
—Hola, ¿cómo están? —les dijo.
Entonces todos la quedaron mirando
y se pusieron a reír, señalándola con el dedo.
Reían y reían. Llamaron a otros niños que
estaban cerca y pronto un grupo muy grande
de niños se encontró alrededor de Manú.
—¿Qué pasa? —preguntó Manú—.
¿Qué tengo en la cara? Entonces sucedió