LA HISTORIA DE MANÚ 02-Del_Rio_Ana_Maria_-_La_Historia_De_Manu | Page 6
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—¡Kunturo me ayudará! —gritó
Manú, al viento—, ¡Es el único que puede
hacerlo!
Entonces Manú subió por el roque
río de la montaña. Trepó ágilmente. Manú
era experta en subir las rocas. Trepaba como
una vicuña, muy ágil, rápida y segura. Sus
pequeños pies se posaban firmes entre las
junturas de la piedra. Ya se le había acabado
la pena. Sabía exactamente lo que tenía que
hacer. Kunturo la ayudaría.
Kunturo
Mientras subía, Manú se acordó de
cómo había conocido a Kunturo. Había sido
hacía varios años. Un día, habían subido a la
cumbre a buscar una hierba muy escasa,
cuando de pronto, el papá de Manú subió
sigilosamente por la saliente de roca hacia
arriba. Era muy empinado y a Manú le dio
mucho miedo ver a su papá al borde del
abismo. Pero él no parecía tener miedo.
Cuando el papá de Manú llegó a la cumbre de
la roca, se detuvo asombrado. Sobre un nido
había un gigantesco cóndor hembra que se
quejaba y movía la cabeza. Estaba herida.
Alguien le había disparado en el pecho. Se
hallaba con las alas extendidas, muy cansada
y respiraba entrecortado sin moverse. El papá
de Manú comprendió que el cóndor estaba en
peligro de muerte y se dispuso a sanarla. Le
aplicó una cataplasma