compañeros y amistades que nos acompañaron a lo largo de estos años.
Porque, ¿ qué sería de una sin ese sostén? Sin esa cena lista al llegar de cursar, sin la compañera que comparte sus apuntes, sin la voz de aliento que nos recuerda que, después de un recorrido tan largo, queda solo el último esfuerzo.
Nosotras no“ caímos” en ningún lado. Hace unos cuantos años, con orgullo, elegimos el Normal 7 para formarnos en la educación pública, gratuita y de calidad. Y esa elección nos transformó: hoy somos personas distintas, con la convicción y el compromiso de seguir defendiendo esos valores.
Ninguna carrera es lineal. Pero en el profesorado aprendimos que los errores no son fracasos, sino nuevos puntos de aprendizaje que nos impulsan a seguir descubriéndonos y descubriendo el mundo. Y qué importante es esto si pensamos que, quienes hoy recibimos este diploma, seremos quienes guíen a las infancias a mirar la realidad con otros ojos, con más preguntas, más sensibilidad y más esperanza.
Nuestra trayectoria por este espacio fue tan, pero tan inmensamente formativa … Nos vamos desbordadas de emoción, de buenas lecturas, de debates, de abrazos, de asambleas, de miradas diversas, de preguntas viejas y nuevas, también de algunas respuestas( siempre provisorias), pero sobre todo y fundamentalmente, más convencidas que antes de que la educación tiene una potencia transformadora excepcional. Esta es nuestra militancia: Las aulas y los patios son arena de posibilidades.
Así nos formamos en el 7, esa es su impronta. A quienes pasamos por sus aulas, nos devuelve transformadxs.
AGUANTE LA EDUCACIÓN PÚBLICA Y DE CALIDAD. AGUANTE EL NORMAL 7.
Sin más, el agradecimiento a todxs quienes acompañaron este proceso bancando los trapos, cebando mate, pensando con nosotras, celebrando cada parcial aprobado, abrazando las alegrías y los llantos transitados, y tanto, tantísimo más, es total y profundísimo. GRACIAS