Vivimos este momento como un logro de nuestra comunidad. Pensarnos como colectivo que trabaja en la formación docente inscribe nuestras acciones, gestos y palabras en una trama rica que nos sostiene. Ser docente requiere estudio, muchas lecturas, práctica reflexiva, pero sobre todo implica la construcción de una posición. Confiamos que están preparadas / os para asumir la posición docente, el compromiso que toman con las infancias, con la justicia educativa, con la inclusión, con la escuela pública nos llena de orgullo.
La profesión que eligieron es hermosa, compleja y de enorme trascendencia. Muchas veces nos preguntamos por qué y para qué hacemos lo que hacemos, qué nos mueve y nos sostiene. Por eso hoy elegí compartir algunas ideas de una autora que tengo como referencia: la filósofa y escritora Hannah Arendt. Creo que en momentos en que, en palabras de Martín Kohan, la crueldad parece estar de moda, en que corremos como humanidad el riesgo de ser indiferentes ante el dolor y la injusticia, el pensamiento de Arendt está muy vigente. Ella toma como tema la educación y el lugar de la responsabilidad pedagógica de las profesoras y profesores. Para Arendt, la esencia de la educación es lo que llama « natalidad », el hecho de que el mundo se renueva con la llegada de los recién llegados, de los « nuevos ». Detrás del hecho educativo, está la responsabilidad que toda cultura tiene en relación a los niños, los recién llegados. La esencia de la educación, dice Arendt, es que se renueva constantemente por la llegada de nuevos seres humanos. La tensión entre conservación y transformación es uno de los ejes de su análisis. La escuela cumple una función importante en la entrada del niño al mundo, al ámbito de lo público. Los docentes, median entre el niño y el mundo, entre lo nuevo y lo viejo. Las maestras, los maestros, asumen la responsabilidad por el mundo, aún cuestionándolo se hacen cargo del mundo ante sus alumnos como diciendo“ esto es lo que encontramos valioso”: la matemática, los cuentos fantásticos, las pirámides egipcias, esta canción, este juego, esta forma de compartir y de conversar, esta manera de pensar juntos, esta forma de abordar los conflictos … Este es el mundo, lo que les ofrezco es valioso, lo pongo sobre la mesa, vamos a compartirlo, acérquense a esta ronda. Al mismo tiempo, las maestras deben habilitar que los chicos tomen lo que hay sobre la mesa, tienen