La gran SIETE Año 7 N° 8 Noviembre 2025 | Page 77

Y un día llegó el momento de no tachar más materias, de ir a dormir el fin de semana sin pensar en el final que falta, de decirnos“ Seño, ¿ Cómo le va?”.

Hoy llegamos a este acto con el desafío de habitar las escuelas solitas, sin aquel acompañamiento siempre tan oportuno. Salimos el año pasado con nuestro título, con el propio orgullo de no escribir más“ estudiante”, a hacer nuestras primeras experiencias escolares ya con un papel que nos certifica. Algunas con más miedo por no podernos escudar en aquella palabra, otras con la seguridad que nos dieron las prácticas, pero seguramente evocando las eternas y pertinentes preguntas cual pajarito en la cabeza:“ Se hizo muy largo el inicio. Intervenir desde el juego. ¿ Cómo mejoramos el cierre? ¿ Estás trabajando todas las áreas? Que trabajen más en grupos.” E incluso seguro alguna frase normalizadora se habrá infiltrado … porque sí, ahora salimos solas al mundo escolar, dónde fantaseamos trabajo en pareja pedagógica, pero frente a nosotras cae la realidad de las aulas. No obstante, ahora volamos, tenemos todo lo hermoso y único que nos dió el 7 como nuestra mochilita de herramientas para modificar con criterio. Si hay algo que entendimos aquí es que no estamos acabados como profesionales de la educación y esa búsqueda de respuestas provisorias será constante.

Cerramos esta etapa, resignificando una vez más la idea de“ puente” que plantea Iris Rivera. No siempre es fácil caracterizar el trabajo docente, pero creemos que esta idea engloba un poco todo aquello que hace a nuestro quehacer. Abarca desde la planificación, donde mediamos entre los contenidos y documentos curriculares y el campo de acción: nuestras aulas, pasando por la puesta en práctica, posicionándonos en este medio, yendo y viniendo, entrando y saliendo, teniendo una mano para aquel que no se anima a cruzar y abriendo paso para aquel que quiere tomar otro camino, hasta el vínculo con las familias y la comunidad escolar toda. Somos puente porque tenemos un saber teórico, porque tenemos un saber práctico, porque tenemos una mirada que aloja, para conocer y sostener, porque acompañamos procesos grupales e individuales, porque trabajamos con otros para garantizar derechos. En síntesis, porque somos aquel“ lector más experimentado”, en palabras de Iris, que coordina, interviene y acompaña, pero es un lector más al fin, que entra, sale y juega.

Esta carrera es mucho más que un trayecto académico: es un espacio donde se tejen lazos, donde aprendemos y construimos la educación con otros y otras. Nos llevamos mucho más que una titulación: nos llevamos docentes inspiradoras, compañeras,

Por graduados y graduadas 2024

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