La gran SIETE Año 7 N° 8 Noviembre 2025 | Page 65

En cada instancia, las reacciones fueron intensas. Con Cromañón, por ejemplo, muchos se sorprendieron al reconocer en aquel hecho lejano situaciones actuales: recitales masivos, falta de controles, negligencia empresarial y estatal. Aparecieron historias familiares: hermanos, tíos o padres que casi asisten al show o conocían a alguien que había estado allí. La masacre dejó de ser un dato distante para convertirse en una historia posible y cercana, generando preguntas sobre la seguridad, la memoria y el olvido social.

En el caso de Malvinas, algunos varones comenzaron entre risas, imaginando“ qué harían” si los enviaran a la guerra. Pero las escenas más crudas acortaron esa distancia. Al escribir desde la trinchera, el juego dio paso a la empatía: frío, hambre, miedo, soledad. Una historia que, por edad, podría haber sido la propia.

Para el trabajo con la Noche de los Lápices, estudiantes trajeron canciones actuales— de rap, trap o rock— que hablaban de represión, violencia institucional y desapariciones en democracia. Se abrió entonces un debate sobre continuidades entre pasado y presente, sobre cómo cambian— y persisten— las formas de disciplinamiento a las juventudes. La actividad artística de los carteles permitió que cada grupo plasmara sus propias resonancias: denuncias, consignas de resistencia o memorias amorosas. En ese cruce de canciones, imágenes y palabras, lo histórico se volvió contemporáneo, lo político se hizo personal.

En las tres experiencias, las y los estudiantes trabajaron con materiales audiovisuales, música, lectura y escritura y encontraron distintas maneras de vincularse con el pasado. Las producciones no quedaron en el aula: la propuesta contempla retomarlas en la muestra institucional de fin de año, junto con nuevas creaciones. Allí se prevé incluir audios, los carteles realizados y objetos alusivos como zapatillas en homenaje a Cromañón, cartas de soldados y guardapolvos con los nombres de estudiantes desaparecidos. La muestra será un espacio para que lo trabajado circule por la escuela, reafirmando que la memoria es también un acto colectivo y presente.

Uno de los carteles hechos por estudiantes, que se pegaron en los pasillos de la escuela

Por Nahuel Lejtman y Cinthya López

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