simple , más real . No había tanto apuro , ni tanta pantalla . Mi hermana Dani , que vive lejos pero siempre está cerca , me llama de vez en cuando para recordarme que el mundo sigue girando . Y un día , aparece de sorpresa , con una bolsa de facturas en la mano y esa sonrisa que siempre trae luz a cualquier cuarto . Dani me cuenta que está aprendiendo tarot . ¡ Mi hermana leyendo las cartas ! Me río , pero la admiro . Ella tiene esa pasión por aprender que muchos han perdido , en esta época de memes y mensajes instantáneos .
Mientras charlamos y comemos facturas , Dani me habla de su último descubrimiento : está leyendo Antropología filosófica y algo de Rousseau . Ahí es cuando me pongo a pensar en cómo la lectura ha perdido terreno . Antes , leer era casi sagrado , pero ahora parece que pocos tienen tiempo para perderse en un libro . En cambio , todos corren , todos se distraen , todos están atrapados en el ritmo implacable de la modernidad . Pero Dani y yo , por suerte , todavía encontramos refugio en las páginas de un buen libro . Y eso , aunque parezca poco , es un tesoro .
La tarde se va deslizando hacia la noche , y el cielo de Mataderos se tiñe de un naranja que no tiene comparación . Mientras el silencio cae sobre el barrio , pienso en cómo , a pesar de todo el caos que me rodea en Almagro , siempre puedo volver a este lugar . Mataderos , con su calma y su lentitud , es el ancla que me mantiene firme . Como decía Charly : " La música que escuchás al sol es mejor ". Y acá , en mi barrio , donde el sol se toma su tiempo para bajar , todo parece más simple , más verdadero .