La gran SIETE Año 6 N° 7 Noviembre 2024 | Page 26

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chico / a que se acompaña , sólo se genera un paralelismo , diferenciación e ilusión de pertenencia . Para romper con esa ilusión es necesario estar con el grupo y participar activamente de lo que sucede en la sala o el aula . La “ inclusión implica al menos dos trabajos : uno es dar la bienvenida a todos y otro es organizar formatos que nos permitan acompañar ciertas situaciones y / o trayectorias escolares particulares ” ( Casal , 2020 ). Ayudar a la docente , pensar adecuaciones , anticipar estrategias , jugar con otros chicos / as , armar red con las otras docentes curriculares ( y terapistas ), ayudar con tareas a otros compañeros / as y estar con el chico / a que se acompaña . Se puede ser un acompañante antidestino al “ desatar a alguien de la profecía de fracaso con que llega ” ( Rattero , 2001 ) y esto necesita de pensar con otros y para otros .

Desde la intervención de la directora aclarándome lo obvio ; las miradas fulminantes de la Maestra de Apoyo para la Inclusión ; y las continuas críticas al rol de los Acompañantes que escuchaba , fui advirtiendo con más claridad las perturbaciones que generó la cultura médica en la cultura escolar .

Críticas y buenos comentarios se superponían cotidianamente , hasta que todo se aclaró . Un día estaba en la sala de Kevin , y no sé por qué , otra docente de la institución entró y desde la puerta me dijo : “ Vengo a felicitarte porque no sos como los otros Acompañantes ”. Impactado , sorprendido y sin pensarlo , le dije : “ Gracias . Pero , soy docente ”.

Este corto trayecto por 3 escuelas bien diferentes ; acompañando a 3 chicos con características muy personales del espectro autista , las cuales me llevaron a ejercer el rol de formas muy distintas , pero nunca perdiendo de vista lo pedagógico y la didáctica , sumado a la formación en la Diplomatura en Inclusión , me ayudaron a comprender las problemáticas surgidas en el entrecruzamiento del paradigma de la escuela pública de gestión estatal y el paradigma médico epocal .

Después de atravesar felicitaciones y críticas , me va quedando claro que el rol del Acompañante cobra profundidad cuando se comprende que uno acompaña la situación educativa del chico que acompaña y no solo al chico , asistiéndolo o ampliando sus terapias al momento áulico . No es una intervención sobre el “ cuerpo ” del chico lo que se necesita , sino sobre la situación de enseñanza y aprendizaje de él y en relación a sus pares . Es muy importante saber qué pasa en una sala o en un aula , hacía dónde “ va ” la docente y el grupo con las propuestas . Para que sea una mejor experiencia de inclusión , uno acompaña a la docente , a las / os chicas / os , al grupo , particularidades del grupo , la familia , pero sin perder de vista al sujeto que uno acompaña . Surge un entramado de variantes a las cuales acompañar . Surgen intervenciones directas e indirectas . Es decir , no todas las intervenciones de un Acompañante tienen que ser directamente sobre el chico / a que acompaña . En muchos casos intervenir en el juego de otros , en los vínculos entre compañeros / as , en explicaciones a otros fomenta la inclusión con el otro y da espacio a que el chico / a por el cual uno va nos vea acompañando a otros y la situación en general , aliviando o desestigmatizando su subjetividad y disminuyendo la injusticia educativa .

26 No soy yo , soy maestro . El alcance de la formación docente