A todo esto , mi grado burbujero cuenta con cinco estudiantes . Todxs están sentaditxs y calladxs . Me llamó la atención . Diez minutos sentaditxs y calladxs . No estaba acostumbrado a que eso pueda pasar . Niñxs de ocho años calladxs por diez minutos .
Es tiempo de recreo . Lxs chicxs forman una fila hacia el escritorio de Lili y ella les va poniendo jabón líquido en sus manos en cuña . Van al baño y se las lavan . Vuelven al aula por sus meriendas ( algunxs trajeron un juguito y un alfajor ; otrxs , nada ). Bajan al patio . “ La escuela es hermosa ” pienso . Un patio gigante en el que se podrían hacer tantas cosas divertidas .
En el recreo los varones corren , juegan , gritan . Las chicas se quedan sentaditas , casi fantasmas . Lili descansa . Nadie las incluye en el juego de Felipe y Bastián . “ Se les inhibe la hostilidad desde niñas ” dijo Débora Tajer una vez en una E . M . I . sobre conductas abusivas en la que participé . Las formas de ser mujer y las formas de ser varón que la escuela debe evitar reproducir .
10 minutos y de vuelta a clase . Pero antes … operación higiene nuevamente : Lili les tira un chorrito de jabón líquido en las manos ; va pasando la fila ; y con las manos en cuña van al baño y se las lavan . Vuelven agitando las manos , dibujando hilos salpicados sobre las baldosas .
A Juan le aprieta mucho el barbijo . Se le doblan las orejas . Lo miro y pienso en eso . Él ríe . Está contento de estar en la escuela , aún así .
Me fui triste ese día . La escuela estaba apagadísima . Parecía una escena de película sobre un futuro distópico ( tan de moda ahora ).