Algo que en la planificación se resolvía en dos renglones , de pronto se transforma en otra cosa que hay que atender , lo cual tira por la borda cualquier estimación temporal prevista para las actividades , teniendo que resolver tanto en el manejo del tiempo como en la complejidad de las situaciones que se presentan . Nos damos cuenta en ese preciso momento de que , por ejemplo , cuando lxs profes de Taller nos habían pedido que pensemos en el título de la actividad y nos parecía que no ameritaba destinarle tiempo , al final era la única certeza que teníamos respecto del copiado .
La dinámica del aula implica conocer cuáles son los colores de los cuadernos según su finalidad , tener la destreza de tomarlos , repartirlos , lograr que todxs lxs niñxs se sienten a trabajar ( y encuentren la hoja donde escribir si es en los primeros grados ) y empezar la clase . Mirar a lxs niñxs , que confían en que nosotras sabemos pero que , por momentos , estamos perdidas en nuestro propio orden mental previsto para la clase , tratando de disimularlo a la vez que hacemos todas estas actividades en paralelo . Y todo , todo esto ocurre en instantes , como el de empezar a copiar y resulta que hay unx que no sabe si es con lápiz o lapicera , otrx que no sabe dónde empezar , unx no tiene el cuaderno y lo reclama insistentemente , algunx pregunta si hay que copiar todo mientras otrx ya copió ( y no sabés qué ), a otrx lo ves jugando con figuritas y ya copió y de repente te congelás pensando cómo sorteó este abanico de posibilidades por su cuenta , cuando una ya estaba definitivamente abatatada . Es el momento de buscar desesperadamente la mirada de la maestra , que pueda ayudarnos a resolver estos grandes misterios que acaban de cobrar forma de tales .