La gran SIETE Año 3 N° 3 Noviembre 2020 | Page 57

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“ Por lo pronto , esto de una simple “ observación ” es una falacia . Creo que en primer ciclo debería llamarse de otra manera . Es decir , sí , estamos observando y registrando situaciones , pero también estamos interviniendo desde el primer día . Quizás tiene que ver con que la maestra es muy accesible y nos hace participar permanentemente ( durante la semana pusimos jabón en la fila de manos , limpiamos mesas , cortamos verdura , repartimos cuadernos , pegamos notas , entregamos materiales o los juntamos y leímos problemas ) y un poco porque también vimos luz y entramos nomás a poner en juego lo aprendido y a realizar nuestras propias intervenciones , en una mezcla de ansiedad y urgencia por empezar ”.

Pocas cosas se volvieron tan imprescindibles como el bolsillo del delantal , tener y guardar tijera , plasticola y , mejor aún , cinta de papel . Como los objetos , también dejamos allí recortes de todos los momentos que vamos compartiendo hora tras hora , bloque tras bloque . Retazos que luego volcaremos sobre la mesa para analizar qué , cuándo y cómo de esto o aquello , en alguna hora de un día de más de veinticuatro .

Porque el encuentro uno a uno que brinda como oportunidad la observación participante no es para nada despreciable . Al final de la jornada quedás toda rota , pero cuán satisfactorio se siente . Entendemos este como otro momento clave , acá realmente es donde podés ver si esto es lo que amás hacer . Esa palmada , en clara reconciliación con una misma , es la más válida de todas .

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“ Nunca había pensado que el pizarrón era como un área pura , que todo lo que se escribe allí es susceptible de ser copiado en un cuaderno sin previo aviso ni consulta . En general , fuera del aula uso algún soporte gráfico para las explicaciones , como cuando hablo y necesito dibujar para acompañar lo que estoy diciendo . Es exagerado quizás , no sé , pero se me ocurre que la imagen acompaña mejor la oralidad . La cosa es que ni siquiera lo pensé , y así , el pizarrón durante la puesta en común quedó medio “ bartoleado ”, lleno de números que anotaba mientras lxs chicxs hablaban o sumas que iba agregando para pensar otras . Para cuando tuvimos que anotar la fecha y el título para pegar el cartoncito en el cuaderno , no quedaba claro que todo eso no era necesario copiarlo , (¡ y varios lo hicieron sin que me diera cuenta !)”

Por Candelaria Ríos y Clara Esandi

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