Hace escasos meses nos preguntamos qué perseguía el Ministerio de Educación reemplazando la enseñanza disciplinar por campos y áreas de conocimiento ( Ramos-Gonzales , 2019 ; Frescura , 2019 ). En esta línea , ¿ cuáles serían los aspectos valorados del perfil docente si ya no lo es el dominio sobre los contenidos científicos-disciplinares ? Y entonces nos invadía una gran interrogante : ¿ quiénes diagramarían esta nueva organización de la enseñanza y mediante qué proceso se impartiría ?
Hoy , en diálogo con aquellas inquietudes y frente a la contemporaneidad compartida problematizamos la imposición de los procesos de “ autoformación ” para la eficacia ( y porqué no decirlo : subsistencia ) del desempeño docente ; y el alcance de los contenidos de la enseñanza en contextos de ensayo o instauración ( todavía en disputa ) de las plataformas educativas .
Acerca de las subjetividades
Con respecto a la autoformación de los sujetos de la educación , la ola reformista prescribe en sus lineamiento la necesidad de formar un “ alumno-emprendedor ” de su propio aprendizaje y directriz de su propio trayecto formativo a partir de intereses individuales . Así se explicita en las prescripciones de los documentos curriculares de los niveles educativos para los que formamos profesorxs . Contamos con sobrados ejemplos tanto de la resistida reforma de la Secundaria del futuro , que “ ya pasó ”, como de los documentos curriculares para el Nivel Inicial , que “ están pasando ”. En estos últimos no solo se reemplazan contenidos por capacidades , sino que se avanza en la promoción del autocontrol de las emociones desde la más temprana edad . Un conjunto de prescripciones y normativas organizadores de la experiencia educativa que podrían consolidarse aún más si se aprobara el reciente proyecto de ley para instituir la educación emocional 6 a escala del territorio argentino .
Tamaña reforma de los niveles educativos obligatorios requiere de inmediatos correlatos en la Educación Superior , particularmente en el subcircuito de formación docente donde se forman los cuadros que abastecen al sistema educativo . Entonces , resulta imprescindible preguntarnos desde las IFD que habitamos y frente a tan extremo escenario , ¿ cómo estas “ metas ” educativas que intentan hegemonizar — en nuestro países como en otros del Cono Sur en donde sientan precedentes desde tiempos de la Operación Cóndor — se refuerzan con el escenario social y escolar impuesto a causa de la contingencia por el COVID-19 ?
Como respuesta podemos afirmar que experimentamos una transformación radical e inédita de nuestras condiciones laborales con el sometimiento al teletrabajo como única alternativa de desempeño docente o lo que intensificará aún más la exigencia en nuestras subjetividades : instalar / naturalizar esta modalidad remota sumando la intervención en un formato escolar presencial totalmente trastocado . Es decir , alojar una modalidad mixta no es más que imprimir a nuestras subjetividades mayores exigencias .
Sin embargo , desde los ámbitos gubernamentales y académicos observamos cómo cada día , desde el inicio de la pandemia de Covid-19 , tienen lugar innumerables eventos y producciones académicas locales e internacionales , que centran su interés en enseñarnos a continuar enseñando ( p . ej . Congreso Internacional de Educación virtual : los nuevo retos de innovación de Latinoamérica 7 ).
10 La mercantilización de la Educación Superior en contexto de COVID-19