La gran SIETE Año 2 N° 2 | Page 80

80

Marchas y contramarchas de una planificación

-la gran siete-

En otra escuela del barrio de Lugano6 nos propusimos instalar situaciones de escritura que resultaran desafiantes para todos los niños de segundo grado, es decir propuestas que contemplaran tanto a aquellos que tenían afianzada su alfabetización como a quienes estaban aún en proceso de adquisición del sistema de escritura. En función de ello, definimos un itinerario de lecturas: La bella durmiente, La hija del molinero y Caperucita Roja. Todos correspondientes a versiones de los Hermanos Grimm en la edición de Escuelas del Bicentenario. Propusimos la reescritura a través del maestro de la versión tradicional de Caperucita Roja. Para ello, los chicos fueron reescribiendo por sí mismos los distintos episodios y estas producciones fueron insumo para la escritura colectiva. En esta secuencia, el propósito comunicativo fue guardar registro de lo leído, ya que a continuación se trabajaría con reversiones modernas de este clásico y la renarración nos permitiría compararlas.

Sabemos que para los niños renarrar un cuento resulta más complejo que realizar una lista de palabras o reescribir un diálogo o frase célebre que se saben de memoria. Para llevar a cabo esta tarea, antes de escribir, realizamos de manera colectiva un plan de escritura. Esto colaboró con la coherencia durante la puesta en texto logrando ordenar los sucesos que se iban a contar. Por otro lado, las sucesivas lecturas y vueltas al texto hicieron posible que los chicos recuperaran características propias del lenguaje de los cuentos clásicos y retomaran algunos diálogos con sus signos expresivos. Luego, en el momento de la revisión, pudimos hacer foco sobre la cohesión: en la utilización de conectores y en evitar las repeticiones.

Al momento de planificar, decidimos implementar un espacio de trabajo focalizado fuera del aula convocando a aquellos niños que no habían avanzado tanto como sus compañeros hasta entonces. Los grupos focalizados se constituyeron teniendo en cuenta la cercanía en cuanto al nivel de conceptualización de la escritura, de manera que se pudieran enriquecer tanto entre ellos -de allí que no salieran solos sino de a tres- como con las intervenciones docentes pensadas especialmente para este grupo en particular.

Y EN SEGUNDO GRADO... ¿CÓMO PROMOVER SITUACIONES QUE RESULTEN DESAFIANTES PARA TODOS?

REVISAR EL RUMBO: MARCHAS Y CONTRAMARCHAS

Teníamos previsto iniciar en septiembre un proyecto basado en el seguimiento de las brujas de los cuentos clásicos. Sin embargo, nos resultó pertinente adelantar uno de los cuentos y tomar el contexto de un clásico disponible en la escuela para invitar a los niños a escribir. Como maestras necesitábamos animarnos a proponer situaciones que traccionaran la reflexión sobre aspectos de la escritura que faltaba poner en práctica en el aula. En este caso, primaron los propósitos didácticos por sobre los comunicativos, pues no hubo destinatarios reales del texto producido.

En un primer momento leímos el cuento sin interrupciones y abrimos un espacio de intercambio entre lectores. En esta instancia, focalizamos en el análisis de los engaños y también en cómo estaban escritas las descripciones de la bruja y de la casita. Para validar las interpretaciones de los niños, volvimos a leer algunos fragmentos del texto en reiteradas oportunidades. En una segunda clase releímos el cuento completo, volvimos sobre algunos pasajes y propusimos la siguiente consigna de escritura: “Contá lo que pasó luego de que Hansel y Gretel encontraran la casita”.

Antes de que comenzaran, realizamos un plan para escribir el episodio de forma colectiva y oral: rememoramos la secuencia de hechos especificando cuáles no podían faltar (núcleos narrativos del episodio), recordamos las descripciones sobre las que habíamos conversado y también acordamos la importancia de incluir las que llamamos “frases célebres”, esas que son fáciles de memorizar y a veces se reiteran en los cuentos clásicos. Les aclaramos que intentaran concentrarse en contar la historia y que no se preocuparan por si les “faltaban letras”. Con nuestras diversas intervenciones durante la situación de escritura, todos los niños y niñas se atrevieron a escribir.