La gran SIETE Año 2 N° 2 | Page 64

-la gran siete-

64

todes aquelles incluidos en ese ámbito y serán dirigidos a sujetos identificados en el mismo. Como trabajo conceptual la etnografía visibiliza lo ajeno a lo nuestro, haciendo comprensibles otras realidades. Por lo tanto el trabajo teórico y la comprensión son indisociables para la tarea etnográfica.

“La elección de este lugar donde se dan clase a jóvenes en situación de encierro la elegí entre otras opciones de educación para jóvenes y adultes, ya que me gustaría poder en un futuro ejercer como docente en este tipo de lugares. Primero me pidieron el DNI, anotaron mis datos personales y tuve que dejar el celular en casillero, que es donde toda persona ajena al lugar debe dejarlo, porque los menores allí no pueden tener comunicación con el exterior. Con Silvina fuimos hasta “la escuela” que funciona dentro del instituto. Me presento con les profesores, quienes me recibieron muy bien.

Como era momento de recreo me invitaron a sentarme con elles a tomar mate. Charlamos sobre lo que yo estaba haciendo y también les pude consultar si dar clase ahí era lo que elles habían elegido o cómo fue. Elles son docentes de secundario.

Silvina, la profesora de matemáticas, informática y licenciada en educación, me dijo que en un momento le habían ofrecido trabajar ahí, le interesó y se quedó.

Alejo, el profesor de lengua y literatura, da clase en otros centros de régimen cerrado. Le gusta mucho su trabajo. Finalizado el recreo, Silvina me invitó a que la acompañara al aula para la clase. Me presentó a los cuatro alumnos de 3° año del secundario, quienes me recibieron muy bien también.

El aula tiene el espacio justo para la mesa grande cuadrada con patas de hierro y dos bancos de madera donde se sentaron, en dos de los laterales opuestos, Alan, Marcelo, Santiago y el otro chico cuyo nombre no recuerdo. En una de las paredes más cercana está la pizarra blanca donde Silvana escribe con un marcador negro y explica cuadrado de un binomio perfecto.

Las paredes están descascaradas. En la que está el pizarrón, a un costado, hay pegados recortes de revistas de diferentes partes del cuerpo (nariz, boca y manos), también hay dos recortes de candados. En las otras dos paredes hay dibujos, en color, en blanco y negro, algunos abstractos, otros tétricos y otros más lindos. En la cuarta pared está la puerta, de madera, con vidrios. A través de ellos, se ven los dos policías que custodian el aula. Cada vez que uno de los chicos tiene que ir al baño, uno de los policías lo sigue y el otro se queda en la puerta.

Yo estaba sentada en un rincón en un banco de escuela de esos que la mesa se levanta hacia un lado. Desde ahí podía ver lo que sucedía dentro y fuera del aula.

La clase se desarrollaba entre la explicación de la docente y las preguntas que les hacía a los chicos acerca de los conocimientos que tenían sobre la explicación de las clases anteriores acerca de este tema que era “trinomio de un cuadrado perfecto”. Alan cebaba el mate en la clase pero no por eso se distraía de la actividad y Marcelo fue el que contó que le gustaría seguir estudiando para ser profesor de educación física, porque en un momento la profesora me consultó qué carrera estaba estudiando y cuantos años eran ahora del profesorado; entonces les contó a los chicos que en la época que ella estudió magisterio eran solo dos años y medio con 20 materias. Los chicos me preguntaron en ese momento cuántas materias tenía ahora el profesorado; cuando les conté que eran 47 se quedaron boquiabiertos, por la cantidad supongo. Luego de un rato y basándose en una fotocopia que les había entregado la docente antes y ahora tenían en su carpeta, debían indicar cuáles de los ejercicios eran cuadrado de un binomio perfecto y tenían que dar la justificación.

Cada clase dura 35 minutos y están separadas por recreos de 15 minutos. No tienen dos clases seguidas sin un recreo en medio”.

LA OBSERVACIÓN3

Educación de jóvenes y adultos en contextos de privación de la libertad