05
Por Patricia Bavaresco y Clarisa Label
La imposición tiene que ver con lo que viene dado, los marcos normativos, los encuadres institucionales y la pertenencia a un sistema mayor y a sus reglas de juego. Resulta fundamental considerar que las normas marcan una orientación que supone la igualdad en términos de justicia. Sin embargo, cuando lo normativo se antepone a los sujetos, cuando se impone sin ninguna contemplación de las circunstancias, puede terminar por arrasar la humanidad que pretende defender. Es entonces cuando la norma, más que un dispositivo facilitador de la tarea, se convierte en una barrera y un problema. El desafío ante lo impuesto: no olvidar nunca que las normas son construcciones humanas -y por lo tanto no inmutables-, que señalan un camino de lo posible, cuyo sentido es cuidarnos y habilitar nuestra tarea de formar educadoras y educadores capaces de conocer y entender nuestra realidad para transformarla. En esa tensión irreductible donde lo singular reclama un lugar a las lógicas homogeneizadoras y a los “ideales”, creemos que resulta indispensable considerar las variables histórico-políticas y mediar para encontrar soluciones.
La urgencia remite a la tiranía del tiempo y de los plazos instituidos. La urgencia siempre aprieta y acecha. En este caso, nos obligó a discernir qué era lo imprescindible, sobre qué no se podía dejar de hablar, de explicar, de transmitir, y qué no se podía dejar de hacer en la transición. El desafío ante la urgencia: por un lado, no perder de vista el sentido profundo de la gestión, que está hecho también de pequeños detalles y de condiciones que se construyen en los actos cotidianos. A la vez, tener presente que en una época signada por el neoliberalismo, traccionada por el mercado y el consumo, el empuje hacia la satisfacción inmediata conlleva además el peligro de responder sin pensar frente a cualquier demanda, suspendiendo el tiempo de comprender3.
La creación habla de una inauguración necesaria, con la fuerza de lo instituyente. Creación no es innovación, sino pensar algo nuevo para tiempos nuevos, pero que se asienta en lo vivido. El pasaje, en sí mismo, es un nuevo momento, donde esa “posta” que pasa -cual tesoro a transmitir- de una mano a otra, se amolda a la nueva mano. El desafío en la creación: no negar la herencia y buscar cómo recuperar lo mejor de ella como terreno fértil para lo que tiene que nacer. Hacer lugar a lo incalculable, a aquello que es imposible de controlar.
En ese tránsito que inventamos fuimos entramando historias, saberes, experiencias, numerosos interrogantes, algunos miedos y mucho entusiasmo. En este pasaje nos tomamos muchos mates conversando acerca del sentido profundamente político, ético, social e histórico que tiene el gobierno de una institución formadora de docentes. Caminamos juntas en numerosas marchas -entre otras, las luchas contra la UNICABA-, compartimos decisiones y las intensas alegrías de lxs estudiantes que se recibieron. Intercambiamos ideas y propuestas para acompañar la trayectoria de quienes tienen dificultades. Sabíamos que estos encuentros eran una oportunidad para construir un puente que permitiera dar continuidad, pero también, dar paso a la voz, los tonos y matices subjetivos que anudan con la novedad, avanzan hacia el final de un recorrido y simultáneamente inauguran el cambio. Quien asume la conducción de una institución, acepta la responsabilidad de ponerse a la cabeza de las decisiones. Y, al mismo tiempo, tiene permanentemente la institución en la cabeza.