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Terminar cualquier período de aprendizaje/enseñanza conlleva reflexionar sobre las propias prácticas. Y para pensar en estas (formándome para ser maestra), me obliga a pensar también en las prácticas de los estudiantes en la escuela. Ese diálogo, mi formación y el dictado de clase, el cómo traccionar diferentes modos de aprender, volver a mirar las intervenciones, pensar grupos diversos, escuchar, observar, repensar, fueron todos momentos de mucho aprendizaje. Todos me llevaron y me llevan a reafirmar mi elección por la carrera y la docencia, y también evidenciaron que habilitar el ejercicio de volver sobre lo aprendido enriquece nuestra formación.
UN PUNTO DE LLEGADA: EL PASAJE DE ESTUDIANTE A PRACTICANTE
Por Diana Dimant y Gladys Tedesco
Como insinúa Diana en su relato, las prácticas suponen la movilización de saberes, representaciones y emociones construidos en la historia previa de formación, y al mismo tiempo, el desarrollo de nuevos conocimientos, habilidades y representaciones del trabajo a realizar. A lo largo de este proceso, los estudiantes comienzan a verse a sí mismos como maestros, aprenden a conocerse en ese rol, y se reencuentran (o no) con las razones por las cuales eligieron la carrera. Se trata de un tiempo de transición identitaria -que en este tramo de la formación supone el pasaje de estudiante a practicante- y en tanto tal, genera perplejidad y demanda un gran esfuerzo de construcción.
A medida que la experiencia formativa avanza, se espera un cambio de posición en dos sentidos: una mayor autonomía respecto del profesor y una resignificación y apropiación de concepciones y saberes incorporados en la formación previa. También suelen lograr mayor correspondencia entre la imagen que tienen de sí mismos, las que reciben de los otros y las asociadas al ideal profesional, lo que da cuenta de procesos de reafirmación de la identidad que van consolidándose (Andreozzi, 2011).
Justamente por su carácter iniciático y su consecuente carga emocional, elijo pensar las prácticas como un viaje de aventuras. Recuperando la recomendación del poeta Constantino Cavafis del comienzo del artículo3, como formadora de maestros, espero generar las mejores condiciones para que los practicantes disfruten de sus viajes, con la certeza de que más allá de los riesgos y el apuro por llegar, el camino está cargado de una multiplicidad de experiencias y sorpresas.
1Este artículo tiene por objeto compartir una experiencia de aprendizaje a partir del relato de una estudiante del Profesorado de Educación Primaria y su profesora de Prácticas de la Enseñanza, en diálogo con referencias teóricas que echan luz sobre algunos supuestos en el campo de la formación docente. Dicha experiencia, desarrollada entre agosto de 2018 y junio de 2019, está enmarcada en el Tramo II del Campo de la Formación en la Práctica Profesional (CFPP) de la Escuela Normal Superior Nº7 “José María Torres”, en la cátedra de Taller 3 y 4 del turno vespertino y su institución asociada Escuela Nº24 DE 2 “Provincia de Catamarca”.
2A diferencia de las planificaciones que regularmente realizan los maestros, la correspondiente a los talleres 3 y 4 tiene un alto grado de explicitación, propio de una instancia formativa. Se describen detalladamente los distintos momentos de la clase, se expresan las decisiones tomadas, se anticipan posibles resoluciones de los alumnos y alternativas de acción, así como lo que quedará registrado en cuadernos o carpetas. Poner a la vista todas estas variables permite advertir cuestiones que requieren ser revisadas por los estudiantes (Akselrad & Rossano, 2016).
3El poema Ítaca, inspirado en la Odisea de Homero, retoma el mito griego de Ulises y su vuelta a casa tras la Guerra de Troya. El autor propone una interpretación del viaje como metáfora de la vida y de la búsqueda del propio ser. Se centra en la travesía, en la aventura, en la experiencia, concibiendo al viaje como un recorrido vital con valor en sí mismo. Alude al miedo a lo desconocido, al cambio, a la incertidumbre, como los principales obstáculos que debemos sobrellevar con perseverancia en este camino. Sin dudas una certera analogía del período de prácticas.
Bibliografía
●Akselrad, B., Rossano, A. (2016). Campo de Formación de las Prácticas Docente. Nivel Primario. Material de trabajo interno. Ficha de cátedra.
●Andreozzi, M. (2011) Las prácticas profesionales de formación como experiencias de pasaje y tránsito identitario [En línea] Archivos de Ciencias de la Educación, 4a. época, 5(5). Disponible en Memoria Académica: http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/art_revistas/pr.5431/pr.5431.pdf
●Anijovich, R. et al. (2014). Transitar la formación pedagógica. Dispositivos y estrategias. Buenos Aires: Paidós.
●Carlino, Paula (2004). El proceso de escritura académica: Cuatro dificultades de la enseñanza universitaria. Educere, vol. 8, núm. 26, julio-agosto, 2004, pp. 321-327 Universidad de los Andes Mérida, Venezuela.
●Cavafis (1999). Antología Poética. Madrid: Alianza Editorial.
●Lerner, D. (1996): “La enseñanza y el aprendizaje escolar. Alegato contra una falsa oposición”. En Castorina y otros, Piaget-Vigotsky: Contribuciones para replantear el debate. Buenos Aires: Paidós.