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-la gran siete-
El espacio de relatorías en la formación docente
NO TODO LO QUE BRILLA ES ORO
Debemos reconocer que existe una distancia entre los objetivos de las relatorías y lo que sucede en cada encuentro. Identificamos cada vez diferentes procesos, que concluyen en distintas construcciones. Esos procesos tienen que ver con particularidades de cada cursada, con los vínculos establecidos al interior de cada taller, con el momento de la carrera, con los equipos docentes, entre otros.
Es así como evidenciamos distintos grados de implicación y de profundización. Surgen producciones que fluctúan entre lo anecdótico y el pensamiento crítico, entre el trámite y el disfrute, y entre la obligación y el deseo.
Cuando hablamos de una experiencia que nos atraviesa, no podemos dejar de pensar en la implicación que reclama. Y no todos los/as estudiantes en un mismo momento temporal pueden dar cuenta de ello, del trabajo sobre la persona y su relación con el conocimiento, con el error, con la incertidumbre, con el poder, la autoridad, con la frustración, y con los otros. Así como tampoco nosotros, profesores, siempre podemos ayudarlos en esta tarea. Apostamos a trabajar para el desarrollo de un habitus reflexivo, autorregulatorio e implicado, y las relatorías como las concebimos deberían facilitar la conciencia respecto de las conexiones entre la persona y los problemas de la práctica profesional….
Seleccionamos algunos párrafos de relatos “logrados” en términos de producir reflexión, pregunta, desafío. A la vez, en ellos aparece algo del orden de lo impensado, lo no previsto, lo inesperado.
Diego:
(…) Algo que me puse a pensar fue la relación que uno genera con lxs chicxs. La atención que uno debe poner en los vínculos que genera y además, cómo los sigue manteniendo a lo largo del año.
ALGUNOS RELATOS