-la gran siete-
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sentido y también un ámbito para el desarrollo de la creatividad.
En un segundo encuentro, nos acercamos al concepto de “biografía lúdica”, recreando y reflexionando sobre situaciones de juego de nuestras infancias. En un momento, teníamos que escribir nuestro nombre en un pasaporte. Ernesto se cambió el nombre. Jugó a ser Jacinto y nos sorprendió a todxs. Y desde ese día Jacinto se quedó con nosotrxs. ¡Cuánto de lúdico trajo Jacinto al aula! ¿A cuántos Jacintos le abrimos la puerta para que se animen a salir a jugar?
- “Transitamos experiencias muy nutritivas donde pudimos recuperar aquellas cosas que creíamos que habíamos perdido: experiencias, sensaciones, reflexiones, debates, etc. Poniendo el cuerpo a través del juego, logramos establecer un camino y nos organizamos para poder pisarlo y transitarlo”
(Ernesto, estudiante)
-“Poner el cuerpo creo que fue decisivo para poder entender lo que queríamos transmitir. Las horas de juego que tuvimos en el SUM fueron determinantes, primero tuvimos que pensar en nuestra biografía lúdica luego pasamos por distintos juegos y eso me llevo todavía a hacerme más preguntas. Volver a jugar es necesario porque fortalece los vínculos, porque nos acercan más a nuestros compañerxs”
(Gisela, estudiante)
Al instalar la experiencia lúdica de manera voluntaria en nuestro espacio de formación comenzamos a vivenciar juegos con el cuerpo, las emociones, a conocernos jugando, fortalecer los vínculos, favorecer la creatividad. Con nuestros recursos, emprendimos el viaje hacia un tercer encuentro lúdico en el profesorado y esta vez el desafío era compartir las vivencias lúdicas, los juegos y las reflexiones con otrxs estudiantes y docentes.
“NUESTRO PROYECTO. EL DE AQUEL VIAJE SIN RUMBO, EL RUMBO LO HACÍAMOS MIENTRAS AVANZÁBAMOS DEJANDO RASTROS” 2
La metáfora del viaje nos invita a pensar el recorrido transitado. El trabajo en el aula tuvo
momentos y dinámicas diversas. Diseñamos, implementamos y evaluamos colectivamente un proyecto vinculado con el juego, a la par que jugamos, reflexionamos, recordamos y vivenciamos, dejando huellas.
Nuestro recorrido da cuenta de las dimensiones que propone Contreras (1990) en “Planificación Comunitaria” y que guiaron nuestro proceso:
-La indagación diagnóstica
Si bien el proyecto se realizó entre adultxs, estudiantes del profesorado de educación primaria, la indagación diagnóstica abrió dos líneas:
Un encuentro para jugar y reflexionar con otrxs