La gran SIETE Año 1 N° 1 | Page 74

Esto me lleva a pensar que en vez de seguir un camino derecho hacia una mejor y correcta concepción, el desarrollo del concepto de justicia estaría más cerca a la capacidad de comprender las diversas concepciones y de contar con un abanico de resoluciones que podrían funcionar. Aquella persona con mayor criterio de identificar las situaciones y el tipo de solución pertinente o más acertada para cada particularidad sería una persona con mayor desarrollo moral. Coincido con Piaget en que “Las relaciones interpersonales son en último término el principal factor en la elaboración de los criterios del juicio moral.” Sería el resultado del desarrollo cognitivo y de las relaciones sociales que el niño establece con adultos y con sus iguales.”(Piaget, 1932)

Si bien identificamos que existen diversas maneras de actuar frente a un conflicto, el mayor problema parece aparecer ante la diversidad de criterios de lo que se considera bueno o malo, correcto o incorrecto, sancionable o no sancionable.

“José: No sé, hay algunos profesores tienen distintas maneras de enseñar y de ser. Hay algunos que te retan por cualquier cosa y hay algunos que te dejan hacer cualquier cosa.” (Nico, alumno de 7mo grado)

El hecho de que los docentes pongan en mesa diversas concepciones da cuenta que existen diversas formas de ver las cosas. Que un docente haga hacer cumplir una regla y otro no, muestra la fragilidad de ciertas reglas y su facilidad de ser transgredida sin consecuencias posteriores.

“Efectivamente, yo le había visto al mediodía que ella andaba con unos confites en la mano. Las golosinas en el colegio están prohibidas. Es una regla institucional, pero dado el carácter especial de Clara se lo había dejado pasar.” (Registro de clase)

No sólo eso, sino que podría estar mostrándose a los chicos que a pesar de ser reglas instauradas y conocidas por toda la institución, existen las que uno puede elegir seguir o no.

Otra cosa llamativa fueron las reglas tácitas. Existen reglas que cada docente da por sobrentendida que no está especificada en ningún lugar:

“Los que están en el pizarrón. ¿Yo les di permiso para que escriban?” (Maestra de 1er grado)

Y reglas que cada docente individualmente decide instaurar con su grupo:

“¿Puedo llevar esto al patio?” Era un libro. Le respondo que sí.” (Registro de clase)

Esta pregunta refleja la existencia de otra regla, probablemente en el turno de la mañana, con respecto a las cosas que los chicos pueden llevar o no al patio.

Durante las clases observadas se hicieron evidentes las diferencias de criterios en diversos aspectos, como cuándo los chicos pueden pararse, cuándo pueden ir al baño, cuándo pueden escribir en el pizarrón, charlar, etc. Cada docente puede creer que los otros docentes tendrán criterios similares, o aceptar que existen distintas maneras de llevar adelante una clase. La realidad es que cada uno le da una valoración diversa a distintos actos, y muchas veces el cumplimiento de ellos son exigidos como reglas a seguir, sin que éstas sean explicitadas formalmente. Esto podría llegar a ser visto como un capricho del docente ni no es compartido por el niño, o falta de disciplina y autoridad si perciben la falta de orden.

Variedad de criterios

Estas diversidades muestran también la variedad de formas, no solo entre distintas personas, sino en cada docente mismo. Esto es quizás un reflejo de qué tan complejo es tratar con los valores y lo que se considera justo y correcto, y de la falta de soluciones o respuestas certeras cuando se deben tratarlas.

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¿Cómo perciben los alumnos la justicia en la escuela?

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