La gran SIETE Año 1 N° 1 | Page 49

Las primeras preguntas

manera, los saberes intuitivos que tenemos, nos permiten afrontar lo que acontece, pero no nos permiten comprender o explicar por qué lo estamos haciendo de una u otra manera.

Entonces producimos el relato para tomar distancia, escribir, leer y ser leídos por otros, para pensar y conversar sobre las escenas narradas. En ese proceso de escritura y lecturas empiezan a aparecer otros puntos de vista, nuevos conceptos y aportes de autores.

Florencia se pregunta qué maestra quiere ser pensando también en la manera de relacionarse, en la construcción de modos de convivencia en la escuela. En nuestro primer encuentro, nos relata escenas vividas en esa primera semana de escuela y su conclusión es contundente “Ya sé qué maestra no quiero ser “. ¿Y cómo quiere ser Florencia? ¿Cómo quiere relacionarse con los chicos? ¿Cómo los quiere mirar?

Pensamos acerca de la formación, donde se trabajan las enseñanzas muy intensamente desde el punto de vista teórico y también práctico. Las prácticas son la oportunidad de poner en juego todo lo aprendido en las enseñanzas. Sin embargo, hay otras cosas que en el profesorado se enseñan y se estudian y que no tienen su correspondiente traducción a las prácticas, o al menos no las tienen con la forma e intensidad que la tienen las enseñanzas. Pensamos también acerca de lo poco “previsible” que son esas prácticas que necesitamos poner en juego. Se puede prever cómo se va a presentar un contenido de matemática, o de ciencias sociales; más allá de las decisiones que sobre la marcha tomemos, dado que una gran parte de las prácticas es anticipar qué se va a enseñar y cómo.

Pero hay escenas, situaciones, en las que necesitamos fortalecernos para saber cómo actuar, para que los imprevistos no nos dejen perplejos o paralizados frente a una pelea entre chicos, un insulto, un maltrato entre compañeros o simplemente un desafío de jóvenes que nos ponen a prueba.

A partir de la afirmación de Florencia, pensamos tener un espacio de reflexión compartido para construir una lectura diferente, que nos permita posicionarnos desde un lugar que nos resulte interesante, potente, elegido, para relacionarnos con los chicos y las chicas y para poder mirarlos con otros ojos, de otra manera.

Comenzamos entonces relatando aquellas escenas que pudimos ver pero donde los modos en que los adultos actuaron no nos gustan o no nos conforman Y a partir de allí pensamos, buscamos bibliografía que pueda aportarnos miradas, conversamos sobre la escena, pensamos alternativas.

Las estudiantes se preguntan: “¿Dónde abordamos las situaciones concretas de la convivencia, las decisiones docentes, los abordajes a las distintas problemáticas que se presentan en el día a día en la escuela? En la materia Formación ética y ciudadana es donde tratamos algunas de estas temáticas pero, aun así, las prácticas exceden la teoría y los docentes nos encontramos frente a la necesidad de encontrar respuestas, otras experiencias, otras voces que nos ayuden a pensar y resolver las situaciones que surgen en la escuela y merecen nuestra intervención. ¿Cómo intervenir frente a cada situación? Trabajamos y pensamos acerca de cómo anticipar qué tipo de respuestas queremos tener ante los conflictos, ante situaciones que nos descolocan”. (Florencia)

Nos inspiramos en Teresa Punta (2016) y sus Señales de Vida. Nos sentamos una tarde en el patio de la escuela a contarnos lo que había pasado en esa primera semana y cómo eso nos conmovía. Cada escena tenía uno o varios protagonistas. Uno de ellos parecía calcado de las historias de Teresa. Entonces pensamos que podíamos narrar esas historias, y ponernos a pensar a partir del relato. Estaba claro que aunque las historias se parecieran, los caminos no necesariamente iban a ser los mismos. Mientras Teresa es Directora de una escuela y conduce un equipo docente, nosotros somos “aves de paso¨ y no podemos tomar decisiones sobre los chicos y chicas. Pero que la historia de un niño nos hiciera recordar una de las historias de Teresa nos habilitó a pensar, a hacernos preguntas y a imaginar alternativas de acción diferentes a las que la escuela propone, como lo hace ella en su Bitácora.

Un maestro de escuela primaria, profesor también en la formación docente, toma la palabra y cuenta sus experiencias. Nos encontramos con las escrituras de Horacio Cárdenas, que invita a escribir sobre la práctica. Dice Cárdenas (2017), “Un registro es el resultado de escribir sobre una práctica. Es un texto que cuenta algo que sucedió en el tránsito de una experiencia - qué pasó, qué nos pasó – y junto con ello las propias impresiones e interpretaciones sobre eso que muchas veces –con suerte y viento a favor - derivan en explicaciones y fundamentos para esos aconteceres” . Sólo nos permitimos discutir con el autor el “con suerte y viento a favor”, convencidos de que esa narración pensada y reflexionada, siempre fortalecerá nuestras posiciones docentes.

¿Por dónde empezar a buscar respuestas?

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Por Ayelén Attías