A partir de ese momento comenzamos a desarrollar en la clase un trabajo de investigación sobre esta noción. Inicialmente, las estudiantes se posicionaron en el aspecto individual de esta categoría: “Decir quién soy es una construcción individual que voy haciendo a lo largo de la vida”.
Nos parecía que esta “definición” no alcanzaba. Decidimos volver a los registros de la primera visita de Irene donde ella desarrolló el tema de “Las Abuelas y el derecho a la identidad”. También indagamos en la página de Abuelas con las preguntas: ¿Qué es la identidad? ¿Qué la compone? ¿Cómo se construye? ¿Qué implica que es un derecho? ¿Cómo llegó a serlo?
Allí encontramos documentos que posicionan la identidad como derecho (recorte del tema ineludible dentro de la formación ciudadana de lxs futurxs docentes): derecho reconocido como tal gracias a la lucha de Abuelas a partir de una necesidad cuando el Estado, en el marco de un plan sistemático de exterminio, decidió sustraer identidades de niñxs.
También indagamos desarrollos teóricos que incluyen la perspectiva colectiva, relacional, histórica, situacional y cultural de la identidad. Numerosos autores la describen como un proceso en permanente construcción en la interacción social, nunca acabada y siempre construida en la diferencia con los otros, atravesada por la otredad, como proceso personal y social inacabado. (Presentamos el texto de Juliana Marcus que incluye síntesis de diversos autores: Alonso, 2005:5; Arfuch, 2002:21- 36; Bauman, 2003:40-68; Butler,2002; Grimson, 1999; Hall, 2003:16-20)
Las estudiantes seleccionaron la frase de la canción Somos uno: “No hablo sólo de mí cuando digo quién soy”, como una forma de sintetizar el proceso de autopercepción histórico, relacional, inacabado, en permanente construcción en relación con otro en diversas instancias de socialización, atravesado por la cultura que es la narración de sí mismo.
-la gran siete-
Para formar unx maestro, hace falta la tribu entera
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