LA FALSIFICACIÓN DE LA REALIDAD - NORBERTO CERESOLE La falsificación de la realidad WEB | Page 288

La Falsificación de la Realidad
que, sin embargo, posee los mismos derechos políticos que nosotros. El texto reproducido por Werner Maser es el siguiente: " Gran parte de nuestro pueblo refleja claramente la antipatía que siente hacia el peligro que supone la existencia de los judíos en nuestro suelo; ahora bien, las causas de esa antipatía no hay que buscarlas en la comprensión de los desastrosos efectos que la actividad consciente o inconsciente de los judíos en conjunto causa a nuestra nación, sino en que ella suele ser una consecuencia del contacto personal, de la impresión que el judío nos causa como individuo... Esto hace que parezca que el antisemitismo no es nada más que un fenómeno afectivo y, sin embargo, no hay nada más erróneo. Los sentimientos no deben y no tienen que influir para nada en el antisemitismo como movimiento político, sino los hechos... En primer lugar, los judíos son una raza y no una comunidad religiosa. El judío no se llama a sí mismo alemán, polaco o americano judío, sino judío alemán, polaco o americano. De los demás pueblos, sólo han tomado el idioma... Ni siquiera la fe mosaica es un elemento decisivo para determinar la valía del judío... Gracias a su educación milenaria, practicada casi siempre en círculos muy estrechos, el judío ha sabido conservar su raza y su idiosincracia con más fuerza que muchos de los pueblos bajo cuyo dominio ha vivido. Lo importante es que entre nosotros está viviendo una raza extraña que no es alemana y que tampoco está dispuesta a sacrificar sus peculiaridades, sus sentimientos, sus ideas o sus aspiraciones, pero que, sin embargo, posee los mismos derechos políticos que nosotros. Los sentimientos del judío se manifiestan no sólo en lo material sino también en lo espiritual. La danza alrededor del becerro de oro se convierte en una lucha despiadada por aquellos bienes que en nuestra opinión no son los más elevados ni los más deseables. El valor del individuo ya no lo determina su carácter ni la importancia de sus prestaciones para la comunidad, sino única y exclusivamente la magnitud de su fortuna... El nivel de la nación ya no se mide por la suma de sus fuerzas morales y espirituales, sino por la dimensión de sus bienes materiales. Esta manera de pensar trae como consecuencia un afán inconmesurable de dinero y de poder que la refuerza todavía más y que hace perder toda clase de escrúpulos a los judíos a la hora de elegir los medios idóneos para la consecución de sus objetivos. En el Estado autocrático imploran la protección de la ' majestad ', del gobernante, para luego utilizarla a modo de sanguijuela con sus pueblos( agreguemos que esta es la figura prototípica del usurero judío en la España visigoda y cristiana, nota del autor). En el Estado democrático solicitan la protección de la masa, y se inclinan ante la ' majestad del pueblo ', aunque en realidad sólo reconocen la majestad del dinero. Con su adulación bizantina, el judío destruye el carácter de los gobernantes convirtiendo en vicio el orgullo nacional y la fuerza de un pueblo, para lo cual no duda en utilizar la hipocresía y la desvergüenza. En esta lucha emplea aquella opinión pública que resulta fácil influir... mediante la prensa. Su poder es el poder del dinero, que en sus manos aumenta y se multiplica de un modo asombroso en forma de intereses... Todo aquello que impulsa a los hombres a superarse a sí mismos, sea religión, socialismo o democracia, el judío lo utiliza como un medio para obtener dinero y satisfacer su afán de poder. Su actividad actúa en el pueblo como una tuberculosis. De todo ello resulta lo siguiente: el antisemitismo puramente afectivo encontrará su máxima expresión en las persecuciones. El antisemitismo racional, sin embargo, deberá intentar combatir y suprimir los privilegios y prerrogativas que los judíos poseen como extranjeros de una manera legal y organizada. La meta final tiene que ser la expulsión total de los judíos ".
11.- El " caso " de los jabones alemanes fabricados con la grasa de los prisioneros asesinados en las " cámaras de gas " es una de las infamias más aberrantes de las tantas elaboradas por la imaginería judía. El señor Wiesenthal gana el máximo premio en el concurso de " tergiversación de la realidad ", que fue una de las tareas predilectas del judaísmo a lo largo de toda su historia. Y es asimismo el reflejo del odio profundo de los judíos al pueblo alemán, capaz-según ellos- de las más insólitas aberraciones. Los hechos reales son los siguientes. Apenas iniciada la guerra, Alemania comenzó a carecer de materias primas tanto industriales como de consumo humano. Esas materias comenzaron a ser severamente racionadas. Los jabones de consumo eran producidos por un organismo administrativo central que se llamaba Reichs Industriefett( RIF), es decir, Industrias del Reich para las materias grasas( Fett = grasa). Las siglas RIF estaban impresas en cada una de las valiosas pastillas de jabón que durante los años de la guerra utilizó todo el pueblo alemán. El señor Wiesenthal transforma " apenas " una letra, convierte una " I " en una " J "; sólo eso, una nimiedad. Entonces la original RIF se convierte en RJF y lo " traduce " al mundo entero: Reines Judenfett( Pura Grasa Judía). Consecuencia: la morbosidad de los alemanes es monstruosa. Es un pueblo a quien la " humanidad " debe condenar a perpetuidad.( Véase también: Robert Faurisson: Lesavonjuif, enhttp:// www. abbc. com / aaargh / fran / ar hFaur / RF8703xx3. html.
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