Norberto Ceresole
ámbito puramente individual. Es la subjetividad de la historia. Y plantea una pregunta para la cual no tiene respuesta: "¿ Cómo se pasa de esta intensa subjetividad a la historia? Existe una historia que se construye contra la memoria. Quien haya emprendido la redacción de sus recuerdos sabe que corre el riesgo constante de caer en el error, que los meses y los años se confunden. Dado que se puede verificar, el documento escrito y fechado se impone al recuerdo subjetivo ".
En cambio, el razonamiento de los revisionistas alemanes y norteamericanos, y el de los " negacionistas " franceses( según son calificados por el establishment judío-francés), tiene un desarrollo documental claro y explícito, en total correspondencia con la ciencia histórica.
Los mitófilos judíos y no judíos han tenido que admitir que las cifras de muertos originalmente instaladas en la conciencia occidental por el poder formidable de los mass media no se corresponde, ni remotamente, con la realidad. Es que la idea de los " seis millones " venía siendo elaborada por el sionismo de Londres( Consejo Mundial) mucho antes de comenzar la " segunda guerra civil europea ". Era el " número cabalístico " que ese sionismo necesitaba para impulsar la construcción de un Estado judío en una tierra usurpada, en Palestina( mejor dicho, Canaán), con el único argumento " legal " de la " palabra de Dios " expuesta en un libro claramente falsificado por los escribas hebreos: El Antiguo Testamento. Era el dato básico que finalmente conmovería al Occidente anglo.
Holocausto, recordemos, fue una palabra exclusivamente inventada por, pero sobre todo para judíos( 17) en la etapa pre-yahvítica, la etapa de los sacrificios a los dioses finalmente expulsados del Templo, para que los " hechos " que pretende representar el concepto estén eternamente ubicados en el reino de la mitología. Ya hemos visto que Nolte utiliza el latín " numinosum "( numen) que designa, según el Diccionario de la Lengua Española editado por la Real Academia), un nivel " donde habitan los dioses adorados por los gentiles "; es decir, un " lugar " mucho más allá del alcance de la crítica humana y, en todo caso, apriorísticamente favorable a los " gentiles ", ya que allí habitan sus dioses.
Cuando esa " crítica humana "(" revisionista " o " negacionista ") escapa al control admitido por la torturada conciencia occidental, se la reprime, es decir, se le aplican controles administrativos. De hecho hoy no existe-ni podrá existir jamás- una " crítica de la crítica ", porque la mitofilia es una pura " memoria ", carente en absoluto de estructrura documental sólida. En Alemania, ya lo hemos visto, la dictadura cultural del judaísmo es total, y actúa bajo la forma de la autocensura previa y, también, bajo la forma de la represión institucional. En Francia( Ley Gayssot-Fabius, del 13 de julio de 1990), y en otros países judaizados, como la Argentina, por ejemplo, existen leyes humanas legisladas por humanos " representantes del pueblo ", que son las encargadas de canalizar esa represión, cuando la misma se desarrolla por cauces no violentos, es decir,
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