LA ECONOMÍA DE MÉXICO EN EL TLCAN: BALANCE Y PERSPECTIVAS FRENTE AL T VOLUMEN 19-LA ECONOMIA-VERSION DEFINITIVA-17-MAYO- | Page 526

CAMBIO TECNOLÓGICO Y RELOCALIZACIÓN DE LA INDUSTRIA DEL VESTIDO 529 y Gereffi, 2011; Fernández-Stark et al., 2011; World Trade Organization, 1996; Martin, 2007). Aun con el sistema de cuotas, las importaciones provenientes de Asia seguían representando un serio desafío para las empresas locales estadouni­ denses, por lo que en respuesta, las empresas siguieron básicamente dos estrategias: offshoring y outsourcing. Los fabricantes de marca siguieron la es- trategia de offshoring e instalaron subsidiarias para realizar la etapa del proceso de producción con más trabajo intensivo en zonas de procesamien­ to de exportaciones, ubicadas particularmente en México y la Cuenca del Ca- ribe, y aprovecharon las reglas 807/9802, 4 y posteriormente los tratados de libre comercio para reexportar la producción, libre de aranceles, a Esta- dos Unidos (CEPAL, 1998). Por su parte, los minoristas y los vendedores de marca optaron por la estrategia de outsourcing con productores de paquete completo, localizados principalmente en Asia (Appelbaum y Gereffi, 1994 citado en Bair y Dussel, 2006). Con el paso del tiempo, los fabricantes de marca también siguieron la estrategia de outsourcing y abandonaron la pro­ ducción (Bair y Gereffi, 2003; CEPAL, 1998). Ante la amenaza de las importaciones crecientes de prendas de vestir y el abandono de la producción por parte de los fabricantes de marca, los fabricantes de telas trataron de capitalizar la creciente demanda de paque­ te completo a partir de la integración vertical hacia delante. Esperaban que esta estrategia les permitiera apuntalar sus ventas con clientes que de otra forma subcontratarían su producción en Asia, con productores que muy probablemente no utilizarían textiles estadounidenses (Bair y Gereffi, 2002, citado en Bair y Dussel, 2006). La posibilidad de que la integración vertical con manufactureros mexi­ canos revirtiera la tendencia descendente de largo plazo de su producción y les permitiera emerger como jugadores destacados, convirtió a las em­ presas textileras estadounidenses más sobresalientes (como Burlington Industries, Guilford Mills, Galey y Lord, Cone Mills y Dan River) en fuertes partidarias de los tratados de libre comercio de América del Norte (TLCAN) y Centroamérica (UNCTAD, 2005). La integración vertical hacia delante de las empresas textileras estado­ unidenses se materializó mediante el establecimiento de subsidiarias, adqui­ siciones y la realización de inversiones conjuntas con empresas mexicanas (Cutchin et al., 1999). Sin embargo, la estrategia no funcionó como se espe­ raba y en pocos años prácticamente todas las grandes empresas de textiles 4 Las reglas 807/9802 permitían exportar textiles o tela cortada a México, y otros países, y cuando la ropa era reimportada a los Estados Unidos sólo se cargaban impuestos sobre el valor agregado en la planta maquiladora.