LA ECONOMÍA DE MÉXICO EN EL TLCAN: BALANCE Y PERSPECTIVAS FRENTE AL T VOLUMEN 19-LA ECONOMIA-VERSION DEFINITIVA-17-MAYO- | Page 47
POLÍTICA MACROECONÓMICA Y TIPO DE CAMBIO
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dos no tienen como ámbito de aplicación a la política monetaria o la conduc
ta relacionada de una autoridad cambiaria, fiscal o de la misma banca central,
es evidente la intención de una supervisión supranacional que seguramente
avalaría el diseño ortodoxo de la política monetaria y la disciplina fiscal, y
sus efectos perniciosos sobre el crecimiento económico y la distribución del
ingreso.
Estos lineamientos, además de ser invasivos a la soberanía, limitan el es
pacio de acción de las políticas macroeconómicas. Como es bien sabido, en
la economía mexicana el tipo de cambio se mantiene como el ancla nomi-
nal no oficial debido a las condiciones de fragilidad monetaria, dependencia
económica con el exterior y a la existencia de inflación estructural que se
manifiesta en el traspaso del tipo de cambio a la inflación. Ello ha obligado
a mantener cierto anclaje cambiario, no reconocido oficialmente, a través
de la intervención esterilizada en el mercado cambiario.
Dejar que el tipo de cambio se determine por criterios de mercado evita
rá la utilización de la política cambiaria como instrumento para mejorar la
competitividad con el sector externo. No es un asunto trivial. Los proble-
mas económicos que enfrenta nuestro país requieren de una nueva agenda
que incorpore el uso de un amplio abanico de políticas e instrumentos. Para
ello es fundamental no sólo contravenir los postulados convencionales que
han delineado la actuación de la política monetaria y la disciplina fiscal,
sino también incorporar políticas de fomento industrial, financieras, de
desarrollo regional y de educación e investigación que fortalezcan a los sec
tores productivos. Ello implica una intervención mucho más activa del
Estado, particularmente en la formación bruta de capital fijo. La implemen-
tación de un Comité Macroeconómico supranacional en el marco del nuevo
acuerdo comercial, podría ser un freno para una nueva agenda de políticas
que busquen recuperar el dinamismo económico y superar las condiciones
de desigualdad que persisten en la nación mexicana.
La soberanía nacional en política económica se ve también afectada en
otros ámbitos. El nuevo acuerdo comercial entre México y Estados Unidos
contempla en el capítulo 32 sobre “Excepciones y disposiciones generales”,
una cláusula que reglamenta la celebración de tratados de libre comercio
con países de Economía de No Mercado. Esto no es un asunto menor, espe
cialmente si se considera que las importaciones provenientes de China
hacia México han crecido exponencialmente en los últimos veinticinco años.
De acuerdo con las cifras que proporciona la Balanza Comercial de Mercan-
cías de México, en enero de 1993 las importaciones chinas representaban
menos del 1% de las importaciones totales y 9.41% de las importaciones pro
venientes de la región de Asia. Para agosto de 2018, estas proporciones al
canzaron 18.22 y 51.73%, respectivamente.