LA ECONOMÍA DE MÉXICO EN EL TLCAN: BALANCE Y PERSPECTIVAS FRENTE AL T VOLUMEN 19-LA ECONOMIA-VERSION DEFINITIVA-17-MAYO- | Page 400
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RODRIGO ARMANDO GUERRERO CASTRO, ROBERTO GUTIÉRREZ-R.
De la misma manera, la teoría establece que cuando las diferencias de
desarrollo son muy claras entre las naciones que se integran, habrá una
tendencia natural a que la mayor parte de los beneficios de la integración
fluya hacia los países con mayor nivel de desarrollo.
Aunque las dos premisas anteriores las conocían los negociadores mexi-
canos del TLCAN, decidieron tomar el riesgo porque concibieron —como
lo evidencian los documentos oficiales previos a la firma del Tratado— un
México orientado a la especialización, en que si algunas industrias decli-
naban (lo mismo en producción que en empleo) otras las superarían con
creces, de tal manera que, en términos generales, el país se volvería más
competitivo, atraería más IED, crecería más aceleradamente y generaría un
mayor número de empleos.
Desafortunadamente lo anterior no se ha dado en la práctica de manera
evidente y sí, por el contrario, muchas industrias han sido arrastradas has-
ta la virtual quiebra, desde las de juguetes, zapatera, mueblera, textil, de la
confección y alimenticia, hasta la farmacéutica, la cual no sólo dejó de ser
fuente de innovación tecnológica, sino que se tornó deficitaria y, dado el
número de fabricantes extranjeros, perdió su vinculación con los objetivos
de desarrollo del país, particularmente en lo referente a apoyar la salud de
los mexicanos.
Los resultados muestran que la recomposición regional, con un ganador
muy grande y un perdedor pequeño, no ha sido suficiente para posicionar
a la región del TLCAN como la más competitiva a nivel internacional, aun
que Estados Unidos sigue dando muestra de ser, junto con China y Alema-
nia, el país con mayor cuota de mercado del mundo. En este sentido, quizá
su mejor estrategia debería ser promover cadenas productivas a nivel re-
gional, establecer laboratorios y centros de investigación en materia farma-
céutica y buscar el apoyo de Canadá para que en esta industria como en la
automotriz, los recursos fluyan un poco hacia el sur. Desafortunadamente,
esta propuesta la han contrabalanceado los negociadores estadounidenses
del TLCAN con una que va exactamente en el sentido contrario. Además, en
materia de DPI se están intentando incluir recursos que durante la vigencia
del Tratado se habían excluido al momento de solicitar una patente, como
los genes humanos y otros que tradicionalmente se han atribuido a la na-
turaleza.
Es sintomático que a pesar de que el virus de la influenza humana A-
H1N1 surgió casi con toda seguridad en la frontera entre Estados Unidos y
México y correspondió a un laboratorio canadiense su aislamiento, las pri
meras vacunas no fueron resultado de la integración en materia científica
y tecnológica de laboratorios establecidos en los tres o en dos países de la
región, sino en Suiza (Novartis), Reino Unido (GlaxoSmithKline) y Estados