LA ECONOMÍA DE MÉXICO EN EL TLCAN: BALANCE Y PERSPECTIVAS FRENTE AL T VOLUMEN 19-LA ECONOMIA-VERSION DEFINITIVA-17-MAYO- | Page 302

304 GREGORIO VIDAL manufactureras con destino a Estados Unidos es el alto contenido impor- tado de bienes intermedios y de maquinaria y equipo, que son posibles por el entramado entre el TLCAN y los otros tratados firmados por México. El resultado es: el incremento de las exportaciones manufactureras no impli- ca crecimiento equivalente en el conjunto de la industria. La operación de firmas transnacionales con matriz en Estados Unidos es un elemento relevante en la economía de México hasta nuestros días. Sin embargo, con la ejecución de las políticas económicas que forman parte del Consenso de Washington, la vigencia del TLCAN y la eliminación de algu- nas restricciones a las inversiones de empresas extranjeras contenidas en el articulado del acuerdo realizada por parte de México, se modifica la operación y se amplían las actividades en que pueden estar presentes las firmas con matriz en Estados Unidos. Para varias de las mayores empresas extranjeras, el mercado interno de México deja de ser el elemento determi- nante de su operación en el país. También se transforman los medios de financiamiento de sus actividades, cobrando importancia el mercado inter- nacional de capitales y los recursos que aportan otras firmas de las empre- sas, incluida la matriz. En conjunto se trata de una de las mayores y más importantes modificaciones en la relación de la economía de México con la de Estados Unidos, que está asociada a la vigencia del TLCAN. Al comienzo de la década del noventa, el tamaño de la economía de Estados Unidos permite señalar que se mantiene una situación de excep- cionalidad en la economía mundial. El país tiene en esos años la quinta parte del producto mundial con el 4.6% de la población del planeta y emi- te la moneda que tiene curso efectivo mundial. Por tanto, el problema no es sólo la desigualdad económica entre los países firmantes del TLCAN y la diversa influencia política en la organización de la economía y las relaciones de poder mundiales, sino la propia dimensión y los procesos que impulsan al gobierno y las grandes corporaciones esta- dounidenses para que la excepcionalidad americana se sostenga y la huella que produce todo ello en la región de América del Norte (Vidal, 2004:14). Una pequeña porción de las importaciones de Estados Unidos puede explicar gran parte del comercio exterior de México o de Canadá. Lo inver- so no sucede. Aún más, las inversiones de algunas firmas con matriz en Estados Unidos pueden influir de manera determinante en el curso de la formación de capital en México o transformar la composición de la industria manufacturera. Lo contrario no existe hasta la fecha. Es decir, de las tres economías que suscriben el TLCAN, únicamente la de Estados Unidos tiene capacidad de influir de manera determinante en el conjunto de las otras dos. Esta situación no se ha modificado hasta la fecha.