LA ECONOMÍA DE MÉXICO EN EL TLCAN: BALANCE Y PERSPECTIVAS FRENTE AL T VOLUMEN 19-LA ECONOMIA-VERSION DEFINITIVA-17-MAYO- | Page 20
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josé luis calva
de las potencias anglosajonas del Atlántico Norte. Los países en desarrollo
que cayeron en la telaraña del FMI y del Banco Mundial fueron aquellos que
—después del embargo petrolero de la OPEP— habían mordido la manzana
prohibida del endeudamiento externo, que los propios organismos finan-
cieros internacionales (FMI y Banco Mundial) habían previamente alentado
en conjunción con los bancos multinacionales para reciclar los cuantiosos
petrodólares procedentes de los países árabes (para un sucinto análisis del
tema véase A. Damián, Cargando el ajuste, México, COLMEX, 2002). Estos
países —México incluido— se vieron de repente en crisis de deuda externa;
y aquellos que recurrieron al FMI y al Banco Mundial en solicitud de cré
ditos o avales para refinanciar sus deudas, fueron forzados —vía condi
cionamientos— a aplicar los severos programas neoliberales de “ajuste
macroeconómico” y “reforma estructural”, que más tarde serían sistemati-
zados por John Williamson en el decálogo de políticas del Consenso de Wa
shington: liberalización del comercio exterior, de los mercados financieros
y de la inversión extranjera; privatización de las empresas públicas; desre-
gulación de las actividades económicas; reorientación de la economía hacia
los mercados externos; estricta disciplina fiscal (id est, equilibrio ingreso/
gasto público a ultranza, que cancela el papel activo de la política fiscal para
regular el ciclo económico); erradicación de los desequilibrios fiscales me-
diante reducción de la inversión y el gasto públicos; una reforma tributaria
reductora de las tasas marginales a los ingresos mayores, ampliando la base
de contribuyentes; y reformas al marco legislativo e institucional para res-
guardar los derechos de propiedad (John Williamson, The Progress of Policy
Reform in Latin America, Washington, IIE, 1990).
El sueño externado por el magnate Raúl Bailleres al fundar el ITM (ITAM)
en 1946: “la transformación de un país estatista a un país liberal capitalista”,
por fin se hacía realidad. La diligencia con la cual la tecnocracia neolibe
ral mexicana aplicó el programa del Consenso de Washington —en el cual
creía, y por el cual había trabajado el grupo oligárquico neoliberal y la inte
lectualidad hayekiana desde la década de 1940— dejó asombrado al propio
John Williamson, que hacia 1988 encontró en México: fuerte “superávit
fiscal primario”; austeridad fiscal “extrema”; reducción de las tasas máxi-
mas de ISR; orientación de la economía hacia el exterior; apertura comer-
cial acelerada; “impresionante liberalización” de la inversión extranjera;
privatización de las empresas públicas; y desregulación de las actividades
económicas (Williamson, op. cit.). Al “hacer bien la tarea”, convirtiendo a
México en “un país liberal capitalista”, la tecnocracia neoliberal mexicana
esperaba una asignación más eficiente de los recursos y el logro de mayores
tasas de crecimiento económico.